Para muchos, el gobierno de Mauricio Macri fue débil y poco efectivo en su decisiones y como tal propició la vuelta del kirchnerismo, según opinan algunos analistas. Fue inoperante en varias áreas de su administración como la económica y gobernó para la élite y se olvidó de las clases carenciadas, explican expertos.
Durante el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, no quiso, o no supo posicionarse como oposición, que lo era, pero prefirió ocuparse de su cargo en la FIFA, antes que marcar los errores del kirchnerismo.
Sus continuas idas y vueltas, su falta de liderazgo en el PRO, le llevan ahora a ponerse “fuerte” ante el gobierno de Milei que está haciendo lo que él no se atrevió a hacer en su momento.
En busca de un protagonismo que perdió por acciones propias, Macri, en forma surrealista afirma hoy que “El Presidente Milei tiene absoluta claridad en la dirección y las ideas, pero hay una debilidad en la capacidad de implementarlas” y agregó: “Es un desafío ayudar a quien no está dispuesto a ser ayudado, a pesar de la enorme apertura y genuina voluntad de sumar que tiene el Presidente, lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno”, dijo pero no habló de su propia debilidad, que trajo estas consecuencias.
Cuando debió asumir como jefe de la oposición no estuvo a la altura de las circunstancias y divagó y ahora critica diciendo que Milei no se deja ayudar, pero en realidad su apoyo es mezquino, quiere en la actualidad dirigir e impone condiciones que no son de recibo. Va en busca del pasado perdido y de hacer lo que no se atrevió a concretar.
No se plantó de la misma forma ante CFK.
No ha entendido que su tiempo, como el de Cristina Kirchner, son parte del pasado, pero ambos se niegan a reconocerlo.
Macri llega tarde; demasiado tarde para recuperar el prestigio perdido…













