Los gobiernos de Estados Unidos y Panamá anunciaron el inicio de un nuevo programa de asistencia en el extranjero, financiado por el Departamento de Estado de EE.UU. y ejecutado por el Departamento de Seguridad Interna de EE.UU. (DHS), para abordar la migración irregular en la región. Este innovador programa tiene como objetivo apoyar al gobierno panameño en la repatriación de ciudadanos extranjeros que no cuenten con base legal para permanecer en Panamá.
El programa busca reducir la migración irregular sin precedentes a través de la región del Darién, por donde transitaron más de 520,000 migrantes en 2023. Mediante un memorándum de entendimiento entre ambos países, se promoverá la colaboración en el manejo de la migración, incluyendo el respaldo a las operaciones panameñas de repatriación seguras y efectivas. Esto incluye la revisión de casos que requieran protección, formando parte de un enfoque integral regional para abordar la migración irregular.
Dado el carácter singular de esta misión, DHS proporcionará entrenamiento y desarrollo de capacidades para fortalecer e institucionalizar los procedimientos de repatriación en Panamá de manera segura y humana.
“La migración irregular es un desafío regional que requiere una respuesta regional”, afirmó el secretario de Seguridad Interna de EE.UU., Alejandro N. Mayorkas. “Mientras Estados Unidos sigue trabajando para proteger sus fronteras y repatriar a individuos sin base legal para permanecer en el país, estamos agradecidos de que nuestra alianza con Panamá permita manejar los niveles históricos de migración en el hemisferio occidental”.
En consonancia con la Declaración de Los Ángeles de Migración y Protección, Estados Unidos colabora con 21 socios en la región para llevar a cabo acciones coordinadas que promuevan la estabilidad, amplíen las vías legales y ofrezcan a las personas opciones para permanecer en sus lugares de origen, abordando de manera humana las fronteras a lo largo del continente.
“La migración irregular afecta a cada uno de nuestros países y existe la responsabilidad en todo el hemisferio occidental de ayudar a enfrentarla”, comentó el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken. “A través de la Declaración de Los Ángeles, hemos dado pasos significativos para ampliar las vías legales como alternativa a la migración irregular, mejorar los esfuerzos en la aplicación de la ley, apoyar a las comunidades anfitrionas y fortalecer las medidas de protección para poblaciones vulnerables”.
DHS continúa aplicando las leyes de migración de Estados Unidos y ejerciendo fuertes consecuencias contra aquellos que no cuentan con una base legal para permanecer en el país, de acuerdo con las obligaciones internacionales. El 4 de junio, el presidente Biden emitió una Proclamación para suspender temporalmente la entrada de personas no ciudadanas de EE.UU. en la frontera sur. Como resultado, el promedio de detección de migrantes irregulares por la Patrulla Fronteriza disminuyó en más del 40%, y DHS ha realizado más de 120 vuelos internacionales de repatriación a más de 20 países. La mayoría de las detecciones en la frontera sudoeste de EE.UU. durante los últimos tres años fiscales resultaron en remoción, retorno o expulsión.
