Del regreso de Wilson a Uruguay; lo que no quiero olvidarme…

No quiero olvidarme y por eso lo escribo, del momento en que los propietarios argentinos del vapor de la carrera, Ciudad de Mar del Plata II, me pidieron, como representante de la empresa en Uruguay, que me hiciera cargo del operativo del viaje de retorno de Wilson

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El autor de este artículo, Raúl Vallarino con Wilson en el vapor de la carrera en 1984

Por Raúl Vallarino.-

Este domingo 16 de junio de 2024, se cumplirán 40 años del regreso a la patria del enorme caudillo nacionalista, Wilson Ferreira Aldunate y de su hijo Juan Raúl, tras 11 años largos de exilio.

Son muchas las sensaciones que llegan a mi mente con los recuerdos de esas horas y quiero preservar esos hechos de los cuales formé parte.

No quiero olvidarme y por eso lo escribo, del momento en que los propietarios argentinos del vapor de la carrera, Ciudad de Mar del Plata II, me pidieron, como representante de la empresa en Uruguay, que me hiciera cargo del operativo del viaje de retorno de Wilson.

No quiero olvidarme de las justificaciones que tuve que darles para que finalmente accedieran a realizar la travesía, porque temían represalias por parte del gobierno militar.

No quiero olvidarme de todas las piedras que algunos me pusieron en el camino para que desistiera de la intención de traer a Wilson en el vapor.

No quiero olvidarme de las amenazas que recibí tratando de amedrentarme para que anulara el viaje.

No quiero olvidarme de amigos que me apoyaron en esos días de enorme presión y que estuvieron a mi lado, dándome su respaldo.

No quiero olvidarme de quienes me seguían a toda hora para ver con quién me reunía del Partido Nacional y ni siquiera lo disimulaban.

No quiero olvidarme del encuentro con Wilson, ya en el vapor de la carrera, la noche de la partida desde Buenos Aires el viernes 15 de junio de 1984.

No quiero olvidarme de lo que conversamos en esa travesía, donde mi condición de wilsonista estuvo – en esas horas- siempre por encima de mi labor como ejecutivo de la empresa naviera.

No quiero olvidarme de los diálogos en el camarote del capitán del vapor, Sixto Rojas, con Wilson, Juan Raúl y los militares que nos abordaron para detenerlos y donde el caudillo blanco, se negó a ser embarcado en una nave de la Armada.

No quiero olvidarme de la despedida emotiva en la planchada del buque cuando lo llevaban detenido y al abrazarme Wilson me dijo, “Gracias por todo” y le respondí, “No, jefe, gracias a usted por volver”.

Mi abrazo con Wilson al traerlo en 1984 en el vapor de la carrera

No quiero olvidarme, cuando varias veces, luego de su liberación, volvimos a viajar juntos a Buenos Aires.

Wilson Ferreira, el capitán del vapor Sixto Rojas y Raúl Vallarino en el “Ciudad de Mar del Plata II”

De nada de eso que viví, quiero olvidarme…

3 Comentarios

  1. Vallarino se jugó valientemente por traer a Wilson, cuándo muchos no se animaban por temor a represalias.
    El flaco un grande

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