Otra Marcha del Silencio en Uruguay donde se olvidan a otras personas que nunca volverán

Vamos a ayudar a los "desconocedores" de la historia reciente con tan solo una pequeña reseña de hechos que merecen la misma atención que la causa por los desaparecidos

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Viendo un programa de TV en canal 4 de Montevideo “Algo contigo”, dedicado a frivolidades del mundo de la farándula y el espectáculo, me llamó la atención que una de las integrantes del equipo, Anahí Lange – en ausencia del conductor – hiciera un panegirico sobre la Marcha del Silencio y los desaparecidos.

En su monólogo, Lange, tal vez por su juventud y su escaso conocimiento de los años previos a la dictadura, cuando el país vivía en democracia, ignoró a otros uruguayos que nunca volverán y que cayeron por las balas y los atentados de la guerrilla urbana que azotaba al país.

Así como Anahí Lange, hay otros “comunicadores” que jamás hablan de otra infame realidad que padecimos en el país y que con su silencio terminan avalando la barbarie.

Vamos a ayudar a Lange y a otros “desconocedores” de la historia reciente con tan solo una pequeña reseña de hechos que merecen la misma atención que la causa por los desaparecidos:

Conviene recordar el caso de  Hilaria Quirino, una madre  que se desempeñaba como cuidadora del  Club de Bowling de Carrasco, que en el atentado terrorista de los tupamaros fue herida de gravedad y nunca logró recuperarse de aquel trágico e injusto episodio que la marcó a fuego hasta el final de sus días. Ni ella, ni sus cuatro hijos – que quedaron solos y desamparados – recibieron justicia desde el atentado en 1970, en democracia.

El Diario” 2 de Mayo de 1971

La ejecución por parte de los tupamaros de Juan Andrés Bentancur, sereno de la fábrica Niboplast, asesinado al dar aviso a la policía de que los tupamaros estaban robando en dicha empresa. – 22/06/71. Para la familia no hubo resarcimiento, pero para alguno de sus asesinos si. Recién ahora, pero con la oposición de los legisladores del Frente Amplio, se comienza a hacer justicia.

El homicidio premeditado, en plena democracia, del peón rural Pascasio Báez ( 21 de diciembre de 1971), quien buscando en un campo un caballo perdido se encontró de casualidad con un escondite de los tupamaros que lo detuvieron durante dos meses para luego ejecutarlo con una inyección de pentotal para que no los delatara. El ex guerrillero tupamaro Jorge Zabalza, consideró este crimen, “un delito de guerra contra un ciudadano totalmente ajeno a la confrontación que se desarrollaba en el Uruguay”. Algunos de sus asesinos hoy cobran una pensión reparatoria como “ex presos políticos”.

El Día – 21 de junio de 1972

Dr. Julio Federico Morato Manara, asesinado por los tupamaros en su domicilio cuando intentaron robarle material quirúrgico y armas de su colección de caza deportiva. El eminente y reconocido científico se resistió al ataque de los tupamaros y se trabó en lucha con los terroristas quienes le dispararon a quemarropa sin ningún reparo. Murió en el lugar ante su esposa mientras los asesinos se dieron a la fuga – 04/05/72

En una nota publicada en 2016, el periódico La Voz de Galicia, bajo el título: Vicente Oroza, emigrante de Burela asesinado en 1972 por los tupamaros en Montevideo, relataba que Oroza, chofer de la empresa de transporte público Cutcsa, asesinado por un tupamaro – plenamente identificado – en el Cerro de Montevideo, por negarse a atropellar con el ómnibus a un grupo de las fuerzas conjuntas que realizaba un control callejero, también en años de democracia. En el hecho los tupamaros hirieron a un soldado que subió al vehículo y Oroza intentó protegerlo y para ello les abrió la puerta trasera del autobus a los terroristas para que pudieran escapar, pero el tupamaro, que además era su vecino del barrio, asesinó a Oroza con varios balazos.  (28 de junio de 1972).

La Voz de Galicia – 28 de agosto de 2016

Hoy, su asesino cobra una pensión como ex preso político y conviene leer el tuit del hijo del chofer asesinado:

Entonces, tal vez, alguno de estos “comunicadores” mal informados,  recuerde a estos inocentes que no volverán y que sus familiares aun siguen esperando justicia.

La lista de víctimas de la guerrilla es más extensa; raro que de esto no hablen.