En medio de la escalada de violencia desencadenada por las bandas del crimen organizado en Ecuador, el presidente Daniel Noboa reafirmó su compromiso de enfrentar de manera contundente esta amenaza a la seguridad nacional. En su tercer día consecutivo de acción, el mandatario anunció la construcción de dos cárceles de alta seguridad, adoptando el modelo exitoso implementado por el presidente Nayib Bukele en El Salvador.
La decisión de erigir estas instalaciones responde a la imperante necesidad de contener la ola de motines que ha afectado siete cárceles en el país, resultando en la retención de 176 funcionarios. Los disturbios, que iniciaron el martes, se caracterizaron por actos violentos, incluyendo el secuestro y asesinato de policías, la destrucción de vehículos y un asalto armado a un canal de televisión en Guayaquil.
Presentando sus planes a través de un comunicado y un video, el presidente Noboa dio a conocer los esquemáticos de las nuevas cárceles que se construirán en la provincia amazónica de Pastaza y la costera de Santa Elena. Con una capacidad para albergar a 736 reclusos, estas instalaciones buscan establecer un precedente en la lucha contra el crimen organizado en el país.
Ambas cárceles contarán con medidas de seguridad sin precedentes en las prisiones ecuatorianas, incluyendo la inhibición de señales celulares y satelitales, sistemas electrónicos de última generación, control de acceso digital y análogo, triple seguridad perimetral y autogeneración eléctrica. Estas características buscan garantizar la máxima seguridad y evitar la comunicación no autorizada dentro de las instalaciones.
El presidente Noboa tiene la firme intención de utilizar estos dos nuevos centros penitenciarios para recluir a los líderes de las bandas criminales, buscando así recuperar el control de otras cárceles, muchas de las cuales se encuentran bajo la influencia interna de estos grupos delictivos. Este enfoque estratégico tiene como objetivo desarticular el poder que estas organizaciones mantienen en el sistema penitenciario y poner fin a la serie de disturbios y actos violentos que han afectado a la sociedad ecuatoriana.
En las calles, el temor persiste, pero el presidente Noboa asegura a la población que estas medidas son necesarias para restaurar la seguridad y el orden en el país. Se espera que la construcción de las cárceles inicie en breve, marcando un hito en la lucha contra el crimen organizado en Ecuador.