Hospital del Cerro: y el Presidente Lacalle Pou, como siempre, se hizo cargo…

El Presidente Lacalle Pou hizo vibrar a la audiencia y sobre todo, con tolerancia, con madura paciencia y con enérgica postura de inquebrantable líder, refirió a la libertad en pandemia, a la libertad de expresarse mostrando agraviantes pancartas y destemplados gritos de gente que mañana, ellos mismos o sus hijos, acudirán al hospital para atenderse

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El presidente Lacalle Pou, inaugurando el nuevo hospital del Cerro - Foto: ICN Diario

Por José Luis Rondán.-

Este lunes, el día acompañó con un espléndido sol y una brisa calma, la anhelada presentación en sociedad del nuevo hospital del Cerro.

Servicio reclamado por esa populosa barriada desde los años 50 y que recién desembarcó en forma de policlínica y de la mano del ex Mandatario Luis Alberto Lacalle Herrera, padre de nuestro actual Presidente, durante su gobierno y ahora, hoy, en este instante y ante el desmandado bullicio de una caterva de militantes de la 609 MPP, pretendiendo imponerse con aislados agravios al Presidente de todos los uruguayos, pero chocando una vez y otra también con una férrea barrera de cientos de abroquelados militantes quienes al unísono coreaban el nombre del primer mandatario, el evento se desarrolló a la perfección.

Abrío el uso de la palabra el Dr. Cipriani, Presidente del Directorio de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, quien en extensa y acabada alocución agradeció y desgrano todo el proceso que está ilusión, amarrada a una profunda vocacion de servicio, hizo que paso a paso se fuera haciendo realidad.

Le siguió en el acto el Ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis  Falero, quien desde su posición mencionó algunos elementos por demás interesantes vividos en el complicado proceso de edificar la obra que hoy tenemos ante nosotros.

Más de 2000 mts 2. de edificación nueva, decenas de nuevos puestos de trabajo, equipamiento médico de última generacion, no traídos porque sobraba en otro hospital, son nuevos, estrenados para este magnífico centro hospitalario, apuntaba uno de los disertantes.

Cerró el acto el Presidente que hizo vibrar a la audiencia y sobre todo, con tolerancia, con madura paciencia y con enérgica postura de inquebrantable líder, refirió a la libertad en pandemia, a la libertad de expresarse mostrando agraviantes pancartas y destemplados gritos de gente que mañana, ellos mismos o sus hijos, acudirán al hospital para atenderse, porque este Gobierno ganó no para cambiar una mitad por la otra, sino para arropar y servir a todo el pueblo por igual, sin mirar pelos o señales, atendiendo como priordial a la gente.

Ya casi tocando a su fin el encendido discurso, con voz ronca, con la piel brillosa por el sol que a esa hora pegaba muy fuerte, pero sin perder jamás la compostura del hombre de Estado que es, brindándose a quienes allí estábamos y arrimando con gestos amables y mirada amigable, a quienes pretendieron vanamente opacar tan importante como histórico evento, expreso, mirando a una joven que había comenzado a arriar su pancarta, -tu, la de la pancarta, no puedo leerla, levantala por favor.

La chica la puso en alto y en ella podía leerse “Presi, hacete cargo” y el Presi, con su habitual bonhomia y señalando el novel edificio, le expresó, – Me hago cargo, lo prometimos y hoy, el Cerro, cuenta con su hospital.