En un esfuerzo conjunto por abordar la creciente crisis migratoria en la selva de Darién, el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Juan Manuel Pino, y su homólogo costarricense, Mario Zamora Cordero, realizaron una gira de trabajo este sábado en la inhóspita jungla que sirve como conexión entre Suramérica y Centroamérica. En un contexto en el que miles de migrantes irregulares atraviesan esta región en busca de un futuro mejor, ambos ministros se unieron para buscar soluciones coordinadas que brinden seguridad y asistencia humanitaria a quienes emprenden este arriesgado viaje.
En lo que va del año 2023, un abrumador número de 390,835 migrantes irregulares han cruzado la espesa selva de más de 5 mil kilómetros cuadrados que separa a Colombia de Panamá en su intento por alcanzar un nuevo horizonte. La travesía puede durar desde tres hasta 15 días y es el primer paso en Centroamérica, en la ruta hacia el norte del continente. Las cifras siguen en aumento, lo que ha generado preocupación en ambos países, quienes han decidido trabajar juntos para abordar esta situación humanitaria y de seguridad.
El ministro Juan Manuel Pino expresó durante su visita a Darién que es imperativo encontrar soluciones coordinadas en conjunto para enfrentar la crisis migratoria que afecta a la región. Uno de los pilares de esta estrategia conjunta es la implementación del “flujo controlado”, un enfoque que busca garantizar la seguridad y el bienestar de los migrantes que atraviesan esta peligrosa zona.
El “flujo controlado” implica que los grupos de migrantes deben tomar autobuses en las fronteras, previo pago de un boleto, que los llevarán directamente a los límites con Costa Rica en el caso de Panamá, y con Nicaragua en el caso de Costa Rica. Además, este enfoque incluye la realización de un registro biométrico de las personas migrantes, así como la provisión de atención médica y alimentación.
Lo que distingue esta estrategia es su enfoque humanitario, que ha requerido una inversión significativa de alrededor de 70 millones de dólares por parte del Gobierno panameño en los últimos años. Este enfoque ha demostrado ser eficaz en la prevención de tragedias, como asfixias en furgones o la exposición de migrantes a explotación sexual o trata, problemas que lamentablemente persisten en otros países de la región.
El ministro de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora Cordero, respaldó estas medidas y afirmó que el Gobierno costarricense apoyará todas las acciones adoptadas por Panamá para enfrentar la crisis migratoria. Solo en el mes de septiembre de 2023, 57,131 migrantes han cruzado Darién, lo que subraya la necesidad urgente de una cooperación regional efectiva.
La gira de trabajo de los ministros Pino y Zamora refleja un compromiso compartido para abordar de manera conjunta los desafíos humanitarios y de seguridad que enfrenta la región. Con el “flujo controlado” como estrategia clave, Panamá y Costa Rica están demostrando que es posible encontrar soluciones efectivas y humanitarias para la crisis migratoria, brindando una luz de esperanza a aquellos que buscan un mejor futuro en un continente que, a menudo, les presenta obstáculos insuperables.
Según especifica Médicos Sin Fronteras la selva del Darién se ha convertido en una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo por una suma de factores. Está ubicada en una de las regiones más húmedas del planeta y no tiene la infraestructura necesaria para el paso masivo de personas. Esto causa accidentes como resbalones por caminos muy empinados, caídas por abismos y ahogamientos en ríos que aumentan su caudal de manera sorpresiva.