Javier Milei, el candidato ultraderechista de La Libertad Avanza a la presidencia de la Argentina, genera cada día una controversia. Hoy asegura una cosa y seguramente mañana la cambiará de acuerdo a lo que le marquen las redes sociales, que el libertario utiliza como laboratorio de pruebas para medir la opinión de los votantes que pueden criticar sus proyectos.
No tiene un plan de gobierno aunque asegura que si. Los seguidores y miembros de sus equipo, son más incoherentes que Milei y lo demuestran cambiando a diario lo que anunciaron antes. Ahora reconocen que no se puede dolarizar la economía porque no hay dólares. Todo es improvisación sobre la marcha.
Su fragilidad de conceptos y aseveraciones no resisten el archivo, como veremos a continuación en una breve exposición de sus contradicciones:
https://twitter.com/NuncaVasAVerlo/status/1692279885727687080
Pero lo de Milei raya en lo psiquiátrico. Su agresividad no tiene límites y sus insultos no tienen freno a la hora de agraviar a quien no piensa como él.
Demuestra el candidato libertario una bajeza intelectual única que hacen pensar lo que sería un país gobernado él:
https://twitter.com/DEBORAHKAHAN1/status/1698457022138569091
Decididamente, parece no estar emocionalmente apto para presidir un país como la Argentina golpeada por un gobierno peronista – kirchnerista, donde la corrupción y la crisis económica ha hecho estragos entre la población.
El hartazgo del pueblo argentino ante tanta ausencia del Estado no justifica que para quitar un mal, se introduzca otro donde la razón y el equilibrio están claramente ausentes.