Discurso de Carolina Cosse en la Cumbre de Objetivos de Desarrollo Sostenible: ‘Haz lo que yo digo, no lo que yo hago’

La intendente de Montevideo habló de la necesidad de generar un cambio cultural dentro del enfoque de "cuidar a la gente, cuidar a la Democracia y cuidar al planeta", siendo algo lo que no coincide con su gestión, recientemente acusada de ejercer presión con fines político partidarios sobre periodistas que se encuentran en una situación de dependencia con la comuna capitalina pero éste no es el único ejemplo de la carencia de autoridad moral con la que actúa la jerarca capitalina en su búsqueda por llamar la atención

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Por Facundo Ordeig.-

La Cumbre de Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas sesionó en Nueva York para revisar la implementación de los diecisiete objetivos de desarrollo que pretenden alcanzar para 2030, pero en este sentido el Secretario General Antonio Guterres aseguró que con 169 metas a alcanzar en total, sólo un 15% de ellas se encuentran bien encaminadas mientras que en otras se han sufrido de importantes retrasos, siendo la razón por la que se apunta a brindar mejores mecanismos de financiación pero el problema no se encuentra en la cantidad de recursos, los cuáles han ido en constante aumento desde 2015, sino en qué acciones se destinan y en cómo se gestionan, salvo que el impacto en los medios de comunicación sean la prioridad de quienes los administran, como bien podría ser el caso de la Intendente de Montevideo, Carolina Cosse, quien participó junto a la Primera Ministra de Barbados de uno de los cinco paneles que de llevaron a cabo para dar un discurso que por su contenido bien podría haber resumido en un tweet o dos.

Un llamado a la comunidad internacional donde la autoridad moral brilla por su ausencia

“Creo en la necesidad de apurar la instrumentación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) porque los alcaldes del mundo, de todas las ciudades, cuando uno de nosotros ve un hermoso día de lluvia para estar abrigado en casa, vemos la posibilidad de que los millones de personas que viven en asentamientos alrededor del mundo, tengan un día trágico”

De esta manera comienza la intervención de la Intendente de Montevideo quien poco después justificó en esto el esfuerzo que día a día llevan adelante, entendiendo la necesidad de generar un cambio cultural dentro del enfoque de “cuidar a la gente, cuidar a la Democracia y cuidar al planeta”, siendo algo lo que no coincide con su gestión, recientemente acusada de ejercer presión con fines político partidarios sobre periodistas que se encuentran en una situación de dependencia con la comuna capitalina pero éste no es el único ejemplo de la carencia de autoridad moral con la que actúa la jerarca capitalina en su búsqueda por llamar la atención.

En este sentido debería recordarse su actuación durante la crisis hídrica, donde además de actuar a espaldas del Gobierno Nacional e incluso de anunciar negociaciones humanitarias que no sucedieron, buscó generar alarma pública en contra de las medidas que se estaban implementando para asegurar el suministro de agua, omitiendo datos e interpretando a su voluntad los informes acerca de su calidad para asegurar que se producirían malformaciones en fetos en caso de consumirla, siendo rápidamente desmentida por la comunidad científica a raíz de la preocupación generada entre la población embarazada, ¿esto es lo que Carolina Cosse entiende por trabajar “con el cuidado de una madre que quiere y ayuda a sus hijos”?

En caso de ser así, lamento la infancia que debió de vivir puesto que ningún niño, niña o adolescente merece ser víctima del miedo, del engaño o la manipulación.

Y aunque bien podría referirme al acto de censura en contra de un artista que no utiliza “lenguaje inclusivo” en su obra, razón por la que se prohibió su presentación en el Teatro Solís, resulta más importante hablar de lo que día a día viven miles de vecinos de las zonas más carenciadas de Montevideo, quienes a pesar de los múltiples reclamos que han hecho continúan sin contar con alumbrado público, con basurales a pocos metros de donde juegan los niños, con caminos que se convierten en barro en cuanto llega una llovizna fuerte e incluso perdiendo sus pocas pertenencias gracias a un sistema de alcantarillado inexistente o sin mantenimiento, al igual que en otros puntos de la ciudad donde las inundaciones se han vuelto frecuentes, no por el cambio climático como bien le gusta mencionar sino por su falta de capacidad para gobernar.