Mientras este 27 de junio se recordó en Uruguay el 50 aniversario del golpe de Estado en este país sudamericano, no se menciona que un año antes y con diferencia de un día ocurrió el asesinato de un civil inocente en manos de la guerrilla armada de los tupamaros.
El 28 de junio de 1972, en democracia en Uruguay, se produjo el asesinato del chofer de Cutcsa, el ciudadano español Vicente Oroza García, por parte de dos miembros de un comando de los tupamaros (MLN), que luego del crimen fueron capturados.
En una nota publicada en 2016 el periódico La Voz de Galicia, bajo el título: Vicente Oroza, emigrante de Burela asesinado en 1972 por los tupamaros en Montevideo, relataba:
…En la fría y lluviosa madrugada del 28 de junio de 1972. Oroza conducía el autobús 188 de la Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos (CUTCSA) _fundada por el coruñés José Añón_ que cubría el recorrido 125 Cerro-Aduana. Eran las seis y solo viajaban él y el cobrador. Oroza era un tipo querido, trabajador ejemplar, honrado a carta cabal y loco por su esposa, la burelesa Elsa Mariño, y sus dos hijos, Jaime Emilio y Gabriel. Marchara al Uruguay en 1952 y, como todo emigrante, iba de su corazón a sus asuntos: de su familia, amigos y Galicia a andar derecho y trabajar. La vida era eso. No más. Nada más.
En el relato centrado en el asesinato el diario de Galicia contaba que Aroza vio venir corriendo a dos jóvenes bajo la lluvia y detuvo la marcha para que subieran y agrega que al llegar al puente del Arroyo Pantanoso que separa Montevideo del Cerro, la policía militar, que realizaba un control, dio el alto al ómnibus:
Un milico subió al bus y, de inmediato, fue baleado por uno de los muchachos que Oroza acababa de recoger. Se desató un intenso tiroteo. El burelés se agachó para cubrirse y ayudar al militar herido. Y entonces, el otro _su vecino de La Teja_ le apuntó a la cabeza y le ordenó que reemprendiera la marcha para darse a la fuga. Era imposible. Lo impedía una barrera y otros turismos detenidos. Así que dijo que abriría la puerta trasera para que pudieran escapar. Así lo hicieron, escaparon. Pero, antes, le metieron tres tiros a Vicente por la espalda.
Los dos asesinos eran un comando tupamaro. Acababan de atentar en el Cerro, en Viacaba, frente al Cine Cosmópolis. El que disparó a Oroza, su vecino, se llamaba Luis Alberto Estradet Cabrera. Y el otro, Antonio Mas Mas. Del primero _tras un tiempo en la cárcel_ nada se sabe. Y el segundo es tratado en algún sector casi como un héroe, explicaba el periódico español.
El hecho – casi olvidado- fue recordado ya hace unos años por el diario español “La Voz de Galicia” puesto que el conductor del ómnibus de Cutcsa, llegó a Uruguay desde esa región de España.

Los estremecedores tuits del hijo del chofer asesinado
Los Oroza nunca supieron por qué lo hicieron. Nadie les dio una explicación ni una satisfacción convincente…
Dos fechas, dos historias; a una se le recuerda y a la otra no.
La polémica Corte Interamericana de Derechos Humanos exigió al gobierno uruguayo un reconocimiento a las víctimas del terrorismo de Estado, pero ignoró -con su visión sesgada- el caso de Vicente Oroza, entre varios otros hechos de crímenes de los tupamaros.