Con la presencia de expositores, la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados de Argentina, avanzó en el tratamiento de los distintos proyectos que establecen el otorgamiento de una percepción vitalicia a todas las personas travestis y transexuales de más de 40 años.
Al inicio de la reunión informativa, la presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad, diputada nacional Mónica Macha (Frente de Todos – kirchnerismo), informó que “existen diferentes proyectos que actualmente están con estado parlamentario y que se refieren a la posibilidad de tener una ley de reparación histórica”, al tiempo que aseveró: “Tenemos que construir un consenso”.
En ese sentido, la subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Agustina Ponce, señaló: “Queremos que Argentina reconozca, a través del Congreso Nacional, años de persecución a la comunidad travesti- trans”. Por otra parte, explicó que “se trata una comunidad que tiene una probabilidad de vida que oscila entre los 40 y 44 años”. “La mitad de la expectativa de vida que tiene la comunidad en general”, puntualizó.
En la misma línea, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, la representante Especial de Argentina sobre Orientación Sexual e Identidad de Género, Alba Rueda, explicó que “hablamos de reparación porque hubo una vulneración de los derechos humanos”, al tiempo que remarcó: “Existe una desigualdad material y simbólica”.
Desde la Asociación civil Otrans Argentina, Claudia Vasquez Haro consideró: “Somos una comunidad que ha sido empobrecida y excluida de todos los espacios: barriales, educativos, etc.”. “Es necesario que el Estado reconozca y repare”, instó.
A su turno, la interventora del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Greta Pena manifestó su apoyo a los distintos proyectos al sostener que “el aporte del INADI es fundamental para mantener políticas públicas y acciones concretas”.
En tanto, la activista y militante por los derechos travesti-trans Paula Luana Salva se refirió a su lucha, y en ese sentido, aclaró: “Estamos reclamando una reparación para una muerte digna, para los últimos años que nos queda de edad, para poder morirnos como cualquier ser humano con derechos porque actualmente seguimos excluidas”.
Por otra parte, Úrsula Sabarece, directora de Diversidad de la provincia de Chaco, pidió “unificar los cuatro proyectos presentados para que se apruebe la mejor Ley”, mientras que Adam López, perteneciente a Somos Diverses (Liga LGBTIQ+ de las provincias), remarcó: “Necesitamos tener una nueva herramienta estatal y así poder lograr una reparación digna”.
A modo de cierre, y como autora de uno de los proyectos, la diputada Gabriela Estévez (Frente de Todos), ponderó la lucha del colectivo: “Esto es una expresión de lo que vienen peleando hace mucho tiempo”. “Sus voces faltan en el recinto”, reclamó, al tiempo que consideró: “La política no ha sido justa con ustedes y este es el momento de una Justicia necesaria y reparatoria”.
Desde el Partido obrero- Frente de izquierda, la diputada Romina del Pla manifestó su apoyo a la “reparación histórica”, según informó Minuto de Cierre de Argentina.
Mientras se debate la “reparación histórica” para travestis y transexuales, un informe oficial de UNICEF reveló que:
Dos de cada tres niñas y niños en Argentina son pobres o están privados de derechos básicos
Buenos Aires, 15 de febrero de 2023.- Dos de cada tres niñas y niños de Argentina (66%) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro, según un nuevo informe de UNICEF sobre pobreza multidimensional presentado hoy.
UNICEF se basa en datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC que muestran que en el primer semestre de 2022 el 51,5% de las niñas y niños son pobres por ingresos: viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica de alimentos y servicios. Además, si se suman las privaciones no monetarias previamente mencionadas, el valor asciende al 66% de las chicas y chicos del país.
En total, son aproximadamente 8,8 millones las niñas y los niños que experimentan carencias monetarias o de algunos de los derechos fundamentales considerados en la EPH. 3,7 millones (28%) enfrentan ambos tipos de privaciones simultáneamente: es decir, 3 de cada 10 chicas y chicos viven en hogares con ingresos insuficientes y, al mismo tiempo, tienen al menos un derecho básico vulnerado. Esta situación, que refleja el núcleo más duro de la pobreza, se mantiene desde hace más de seis años, de acuerdo con el estudio “Pobreza monetaria y privaciones no monetarias en niñas, niños y adolescentes en Argentina”.
“La magnitud y persistencia de la pobreza generan la necesidad urgente de proteger las partidas presupuestarias destinadas a infancia y adolescencia”, afirmó Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina. “El presupuesto es un factor clave en la reducción de la pobreza de chicas y chicos. Es fundamental priorizar las políticas públicas y, particularmente, los programas de protección de ingresos que han demostrado ser una herramienta potente para mitigar la pobreza y, sobre todo, la pobreza extrema”, agregó Brumana. Según un informe realizado por UNICEF sobre la base del Presupuesto Abierto y otras fuentes de información pública, el presupuesto nacional destinado a la infancia en 2023 presenta contracciones de entre un 13,3% y un 22,2%, según el índice inflacionario que se considere.
En tanto, el estudio sobre pobreza monetaria y privaciones no monetarias advierte que nueve de cada diez chicas y chicos en situación de pobreza monetaria viven en familias en las que el papa y/o la mama trabaja, lo cual refleja que la sola creación de empleo, sin tomar en cuenta su calidad, no permite salir automáticamente de la pobreza. El 76% de estas chicas y chicos pobres viven en hogares donde los adultos tienen trabajos informales o relaciones laborales precarias.
“El tipo de empleo marca la diferencia”, explicó Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión de UNICEF Argentina. “La tasa de pobreza de niñas y niños que residen con personas ocupadas formalmente disminuye al 32%, y aumenta al 60% cuando viven con adultos ocupados en la informalidad. Este dato nos permite observar que no se sale de la pobreza creando cualquier tipo de empleo, sino empleo decente, es decir, protegido y de calidad”, sostuvo.
Enfoque cualitativo de la pobreza
El informe sobre pobreza monetaria y privaciones no monetarias forma parte de una serie de trabajos publicados por UNICEF desde 2016, que buscan contribuir a generar evidencia, caracterizar las particularidades de la pobreza en la infancia y plantear recomendaciones para su erradicación. Por primera vez, se complementa con un estudio cualitativo realizado junto a La Poderosa, una organización social con presencia en barrios populares y asentamientos de todo el país. El informe de UNICEF y La Poderosa visibiliza las experiencias cotidianas y las historias de vida de mujeres que viven en barrios populares, indaga acerca de sus vivencias y emociones y su rol fundamental en el cuidado comunitario de niñas y niños.
El estudio muestra que la situación de la pobreza en barrios populares se caracteriza por su persistencia, su reproducción en el tiempo y que está asociada a la falta de acceso a derechos y servicios básicos fundamentales como las condiciones de la vivienda, el hábitat, salud, educación.
Los testimonios recogidos en el estudio dan cuenta de procesos de múltiples sufrimientos, estigmatización y culpabilización en edades tempranas que se cristalizan como momentos críticos que quedan impregnados en las trayectorias de vida. En este contexto -sostiene la publicación- el trabajo comunitario y redes barriales ocupan un lugar crucial, que en ocasiones logran reformular sentidos y salvar vidas.
Se trata de redes sostenidas principalmente por mujeres que afrontan una triple jornada laboral: trabajo en el mercado, trabajo no remunerado en los hogares y trabajo comunitario. Estas mujeres, que con su trabajo sostienen los comedores y merenderos, los espacios de apoyo escolar, educación y cuidado infantil, cuidado de la salud, de atención de violencia hacia las mujeres y diversidades, no son la mayoría de las veces reconocidas ni remuneradas.
“La pobreza es más que la escasez de ingresos. Vivir las primeras etapas de la vida en la pobreza significa no asistir a la escuela o hacerlo con retraso, no tener acceso a servicios básicos, entre otras carencias -concluyó Brumana-. A 40 años del regreso de la democracia, en un contexto electoral, creemos que es fundamental que haya un consenso en toda la sociedad sobre la necesidad urgente de reducir progresivamente la pobreza en la niñez en todas sus dimensiones”.













