Los desvaríos del presidente argentino parecen no tener fin y ahora intenta reflotar ese “club ideológico” fracasado, que ha sido la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), fundada a instancias de Hugo Chávez, Lula y Néstor Kirchner
El supuesto bloque regional fue fundado en 2008 por las 12 naciones suramericanas mediante un tratado constitutivo que entró en vigor en 2011 y que establecía como objetivo que la Unasur fuera un “espacio de integración, unión y democracia”, algo que nunca cumplió; sus fines fueron siempre los ideológicos de la izquierda.
Esas notorias diferencias ideológicas entre los países miembros, provocaron la desafiliación masiva de naciones entre 2018 y 2020, al retirarse Colombia, Ecuador, Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Perú. Solo quedaron Guyana, Surinam, Bolivia, Venezuela.
Hoy, Alberto Fernández ha vuelto a integrarse a la Unasur y se reincorpora al club ideológico y en un encuentro con el presidente chileno Gabriel Boric, en Santiago, le invitó a unirse a la farsa de la la Unión de Naciones Suramericanas y allí dijo: “El Unasur que conocimos tuvo una virtud, que se podía convivir más allá de las diferencias ideológicas. Eso ya es insuficiente, eso ya debemos darlos por hecho. Lo que tenemos que garantizar es un Unasur que sirva al desarrollo económico de nuestros pueblos”, indicó y mintió claramente, porque el bloque solo fue un medio de propaganda de la izquierda regional y nada concretó sobre los fines de integración.
En la realidad, nunca se pudo convivir más allá de las diferencias, por las imposiciones que generaron sus creadores y en eso miente Fernández.
