Una nueva jornada de protestas se ha realizado en las calles de las principales ciudades de Perú, donde los ciudadanos exigen la dimisión de la actual presidenta, Dina Boluarte, al tiempo de abogar por que se realicen elecciones adelantadas para elegir al nuevo mandatario del país.
En este contexto unas 300 personas han atacado la comisaría de Juli (Puno), la que fue quemada por los manifestantes durante los enfrentamientos con los agentes policiales, además se han reportado 27 heridos. A su vez, se han identificado bloqueos en algunos tramos que van a la frontera y en las rutas hacia Cusco y Arequipa.
“Personas desconocidas atacaron las instalaciones de la Comisaría de Juli en Chucuito-Puno, generando disturbios y ataques a las fuerzas del orden. Pedimos respeto a la población; asimismo, rechazamos actos de violencia que ponga en riesgo a la ciudadanía”, ha lamentado la Policía.
Según ha trascendido las acciones de los manifestantes se ha producido luego de que las Fuerzas de Seguridad del Estado hayan lanzado bombas lacrimógenas a los manifestantes desde helicópteros, situación que ha sido denunciada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
Ante esto el alcalde de la Municipalidad de Chucuito-Juli ha instado a la población a mantener la calma, al tiempo de instar a los ministerios, la policía y el ejército ha no reprimir a los manifestantes con el uso excesivo de la violencia, armas de fuego u otros objetos que puedan dañar a la población.
De la misma forma otro grupo de extremistas ha atacado la base militar de Juli, establecida temporalmente en un hotel, lo que ha provocado lesiones a diez efectivos del Ejército, que presentan contusiones y cortes en cabeza y brazos.













