Contradicciones en las declaraciones de seis de las 33 embarazadas rusas que llegaron a la Argentina este jueves, provocan sospechas entre las autoridades. Quedaron momentáneamente retenidas en el aeropuerto de Ezieza pero ya fueron liberadas, mientras siguen las investigaciones.
La directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, dijo a los medios que estas mujeres “Vienen solas, están cursando la semana 33 o 34 (de embarazo). Todas dicen que vienen a hacer turismo. Hay un procedimiento por sospecha de falso turista. Al no tener pasaje de regreso, no saben donde hacer turismo, se detectó que mentían”, explicó la funcionaria.
Florencia Carignano, habló en TN sobre el caso y señaló que algunas mujeres “llegan, tienen a los hijos argentinos, dejan un poder a un apoderado y se van”.
“Nuestro pasaporte es muy seguro, puede entrar a 171 países sin visa, puede sacar la visa de los Estados Unidos en 10 años. Si nosotros no empezamos a controlar a quiénes les damos los pasaportes, lo que nos va a pasar a los argentinos es que nos van a empezar a poner visa para todos lados, el pasaporte va a dejar de tener la confianza que hoy tiene en todos los países”, señaló la titular de Migraciones.
Un operativo policial en dos edificios de Buenos Aires desmantela grupo que traía embarazadas rusas a la Argentina
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En los allanamientos se consiguió importante documentación para el avance de la investigación y además, identificar a los presuntos cabecillas de la organización.
Según consigna INFOBAE, las mujeres embarazadas para ingresar al país pagaban desde 20.000 a 35.000 dólares. Luego, les designaban un hospital para el nacimiento de sus hijos, el cual se convertía en ciudadano argentino. Mediante esa situación, después gestionaban documentación apócrifa, tramites de radicación y ciudadanía argentina en tiempo récord.
El plan, sin embargo, no sólo era quedarse con el DNI argentino. El nacimiento de sus hijos acá y la obtención de la ciudadanía, tenía un objetivo todavía más ambicioso: poder emigrar países de Europa o incluso a Estados Unidos, ya que el pasaporte ruso no posee la aceptación de ingreso en esos lugares después del estallido de la guerra.













