
La FIFA y el juego sucio que propicia el propio organismo rector del fútbol mundial es evidente con sus injusticias derivadas de los robos de partidos a través de árbitros impresentables, que con total cinismo y amparados en el nefasto VAR, desvirtuan la realidad con falsas interpretaciones contrarias a lo que verdaderamente ocurre en el terreno de juego.
La FIFA va contra el “fair play” (literalmente, juego limpio) que pregona pero que no cumple al permitir que árbitros sin jerarquía destrocen los partidos con decisiones que alteran los resultados, como ocurrió con la eliminación preparada contra Uruguay por dos jueces ineptos como el iraní Alireza Faghani y el alemán Daniel Siebert.
El desprestigiado Comité Disciplinario ya ha comunicado a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y a los jugadores del seleccionado, Cavani, Giménez, Muslera y Godín la apertura de un expediente por las lógicas protestas de los uruguayos tras el partido que enfrentó a Uruguay contra Ghana y por la que los citados jugadores arremetieron contra la FIFA por el arbitraje del alemán Daniel Siebert, por el robo descarado que padecieron, al no sancionar dos claros penales a favor de los celestes. ¿Cómo reacciona una persona ante el ladrón que acaba de robarle con premeditación y alevosía?
Pero quienes generaron la violencia con sus delictivas decisiones –Alireza Faghani y Daniel Siebert, no son separados de sus funciones y tampoco sancionados.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino y sus ineptos dirigentes cómplices, ya no saben que hacer para perjudicar a los países más pequeños, porque no generan las divisas que aportan las grandes naciones.
FIFA genera la violencia y recoge lo que siembra…