Con la llegada de Gianni Infantino a la presidencia de la FIFA, uno pensaba que las cosas se harían mejor, pero fue solo la ilusión de un momento, nada cambió; al contrario, se agravó con la errada implantación del Video Assistant Referee (VAR).
El ente rector del fútbol mundial gastó millones en esta tecnología, explicó, dio cursos, que de poco y nada sirvieron. Los ineptos del silbato en la boca no van a permitir que un aparatito desautorice sus decisiones. La idea era que con el videoarbitraje se pudieran enmendar los errores del ojo humano, pero ha sido peor; hoy se “equivocan” los árbitros y también el VAR.
El caso de los tres penales que involucran a Uruguay en este mundial de Qatar, es la demostración cabal de que la FIFA termina generando violencia y luego sanciona a quien reacciona ante tantas agresiones injustas.
La FIFA genera violencia: primer acto
En el partido entre Portugal y Uruguay por el Grupo H de la Copa del Mundo, un árbitro sin jerarquía, el iraní Alireza Faghani, con su actitud generó la reacción de todos, no solo de los jugadores uruguayos al cobrar un penal inexistente a instancias del VAR. Esto resultó en un gol de los portugueses y un gol en contra para el conteo final en la clasificación que se sumaba en contra del seleccionado charrúa e incidiría en la clasificación del equipo nacional de Uruguay.
Tan evidente fue el error del árbitro y del VAR, que la FIFA admitió públicamente que ese penal no existió y que no debió sancionarse. Pero con eso no corrige nada; el gol subió al marcador y luego no hay derecho a reclamo.
La FIFA genera violencia: segundo acto
Partido Ghana-Uruguay y otro árbitro sin credenciales para dirigir un cotejo en un mundial, el alemán Daniel Siebert, que con sus decisiones erradas demostró ser un incapaz y fue el culpable de los reproches de los jugadores celestes.
A un hombre, en cualquier circunstancia de la vida, no se le puede “mojar la oreja”, como se dice popularmente para definir una provocación y una burla y menos amparándose en que su condición de autoridad en un cotejo de fútbol, le permite cometer cualquier tropelía y eso es lo que justamente hizo Daniel Siebert; provocar y “mojarle la oreja” a los uruguayos.
¿Acaso esperaba Siebert que lo aplaudieran luego de no sancionar dos claros penales a favor de Uruguay? (uno cometido a Núñez y otro a Cavani). No, lo que hizo el alemán fue generar la violencia que se incrementó al final del partido, con la reacción de los uruguayos ante el robo descarado de un personaje de escaso discernimiento. No se puede golpear a alguien y esperar que el agraviado no responda.
La FIFA cada vez más lejos de la justicia, buscará sancionar a los jugadores celestes con duras sanciones, pero a los impresentables árbitros – Faghani y Siebert- quizás los mande de vuelta a sus países, pero luego los volverá a llamar para seguir cometiendo errores en otros cotejos internacionales. Si Infantino quiere dar el ejemplo debería retirarles de por vida la condición de árbitros FIFA.
“El VAR nos gana por goleada”
Los medios internacionales dan cuenta de la mala actuación de estos especímenes del arbitraje y sobre lo ocurrido con Siebert, el portal Perfil de Argentina tituló: El VAR nos gana por goleada, pero Edinson Cavani nos vengó a todos los futboleros y luego agrega: “En un Mundial donde la corrección política y la disciplina moral está regida por los intereses de la FIFA y de las autoridades locales como nunca antes, el delantero uruguayo rompió el molde y tuvo un acto de rebeldía con el que soñamos todos los hinchas”.
Cavani al salir del terreno de juego -ante tanta impotencia contenida por la violencia y prepotencia de quienes dicen impartir justicia pero roban a cara descubierta y eliminan a los equipos que se les antoja con decisiones arbitrarias- golpeó y cayó al piso la pequeña pantalla del VAR, que le sirvió al árbitro alemán para cometer sus trampas.
En su excelente artículo el periodista y editor de Perfil.com. Carlos Piro, destaca: “Es más, probablemente, los caretas de la FIFA le den una sanción (a Cavani), o peor, una sanción “ejemplar” al flaco uruguayo que fue protagonista de mil batallas futboleras de la Banda Oriental y es un cultor de la famosa “garra charrúa”, y no podamos verlo por algún tiempo con “la celeste”.
“El señor Cavani, el ídolo de tantos uruguayos, Edinson Roberto Cavani Gómez (aplaudan de pie), hizo algo que todos los fuboleros de buen corazón queremos hacer, aunque sepamos que es apenas una venganza simbólica y que el aparatito de mierda ese va a ser reemplazado por otro”, explica Carlos Piro en su artículo de lectura imprescindible.
En lo personal reconozco que poco nada ha cambiado en la FIFA, la prepotencia de los poderosos ante los pequeños se ha incrementado. Te eliminan de un mundial y a otra cosa.
No defendemos ningún tipo de violencia, solo que quienes la inician, como estos árbitros sin jerarquía, no sigan actuando impunemente y no se amparen en que por su condición de jueces deportivos, pueden atropellar los derechos de los jugadores y los equipos.