Por Raúl Vallarino.-
Al árbitro alemán Daniel Siebert, que dirigió el partido entre Ghana y Uruguay en el mundial de Qatar, le caben todos los calificativos; inútil, ignorante, malicioso y principamente sin jerarquía para impartir justicia en un terreno de juego.
La FIFA es cómplice de este impresentable sujeto que hizo todo lo posible para perjudicar a Uruguay y eliminarlo de la Copa.
Sobre los dos penales a favor de Uruguay que incomprensiblemente Siebert no cobró, Luis Suárez dijo: “La gente de la FIFA y el Comité de Árbitros tienen que dar explicaciones sobre en qué se basan para cobrar los penales increíbles que se están cobrando y a nosotros hoy no nos dieron dos”.
En el claro penal a Darwin Núñez, el VAR lo llamó; Siebert fue a verlo y a pesar de ser evidente la infracción la desestimó. Mafia total.
En el penal a Cavani, el árbitro alemán se negó a ir a verificar la jugada en el VAR. No tiene vergüenza.
Todos los vimos, pero si ahora, la FIFA, como siempre hace, sale a reconocer que al menos uno de los penales era cierto, Siebert, los del VAR y la mafia del ente regulador del fútbol mundial deberían ir presos, porque admiten el error pero ya no se puede corregir nada.
Eso hicieron las autoridades de la FIFA, con el penal cobrado a favor de Portugal, al admitir que dicha falta no existió.
El mundo del fútbol está en manos de incompetentes que -además- con la errónea aplicación del VAR, están destruyendo al deporte más grande del planeta.
La historia y la mafia del balón, siguen dominando todo.
