Uruguay: la grave filtración del Plan de Inteligencia Estratégica del Estado

Equipo de Investigación periodística de ICN Diario

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Palacio Legislativo de Uruguay - Foto: ICN Diario

Lo que está ocurriendo alrededor del caso Astesiano se parece más a la entrega diaria en capítulos de una novela, que a una investigación seria y responsable que debería llevar el Ministerio Público y que hasta el momento deja mucho que desear, ante el inexplicable cúmulo de información presentada en los medios de prensa, incluso acompañada con fotografías del mismo expediente de la Fiscalía.

Como nunca antes, vemos que no existe el secreto del sumario, que las “pruebas” se muestran irresponsablemente sin problemas y esto atenta contra la investigación del caso. Varias causas judiciales pendientes- graves y de larga data- siguen sin resolverse y en el secreto absoluto, pero los fiscales y lo jueces no hablan. ¿Interesa a determinados colectivos o personas que se oculten?. Parecería que sí. Independencia judicial cero.

Filtración de información del Plan de Inteligencia Estratégica del Estado uruguayo

Mientras los datos del expediente del caso Astesiano, circulan libremente, sin las reservas que debe tener la causa, “alguien” filtra al “periodismo militante” información confidencial  presentada durante una sesión secreta de la Comisión de Control y Supervisión del Sistema Nacional de Inteligencia de Estado.

Periodismo militante que no duda en presentar públicamente algo que puede perjudicar la seguridad del país y exponerlo ante los enemigos internos y externos. ¿Eso no es traición a la patria?. Claro que lo es.

Según informa El País, el secretario de Inteligencia, Álvaro Garcé, hizo la denuncia del hecho en Fiscalía y remitió una carta al presidente de la comisión, el diputado cabildante Raúl Lozano, que se la envió a los participantes de la sesión.

En la carta, Garcé indica que el “27 de octubre, mediante la red social Twitter, fueron difundidos pasajes del Plan Nacional de Inteligencia” y que “el autor de las publicaciones es un particular que recibió -por el dolo o al menos la culpa del autor- la información reservada, y resolvió difundirla”.

El jerarca afirmó que “la revelación de información clasificada es una acción antijurídica con fuerte apariencia delictiva -artículo 301 del Código Penal, delito de revelación de documentos secretos-“, y dejó “librado al buen criterio” de Lozano “la correspondiente calificación moral y política de los hechos”.

“En sede parlamentaria la revelación del Plan Nacional de Inteligencia representa una cuestión disciplinaria de la mayor gravedad y que amerita ser juzgada conforme a lo establecido en el artículo 115 de la Constitución de la República, norma que prevé como máxima sanción la remoción de los infidentes”, resalta.

¿La fiscalía se moverá con la urgencia que el hecho reclama?. No hay escusas para dilatar una investigación para dar con la persona responsable de este grave delito.

La senadora y coordinadora de la bancada del Frente Amplio (FA), Liliam Kechichian, si bien considera por un lado que es un “hecho grave” la filtración, se contradice al agregar que  “Se le está dando un volumen a esta información, nos da la sensación, que no corresponde”.

El Foro de São Paulo

Vale recordar que en esa sesión secreta de la Comisión de Control y Supervisión del Sistema Nacional de Inteligencia de Estado en el Parlamento uruguayo, hubo, al menos, algún político miembro del Foro de São Paulo.

Todo esto recuerda las órdenes impartidas en el documento base del XXIII Encuentro del Foro de São Paulo en Managua, en Nicaragua, en 2017, se explica cómo tomar las instituciones y el Poder Judicial y esto es parte de la estrategia que desarrollaron en los años siguientes en la región, como ocurrió en Chile y en Colombia.

Allí se señala textualmente: “La izquierda debe proponerse la toma de todas las instituciones y no solamente la presidencia o las diputaciones. Es importantísimo la toma del poder judicial, los aparatos militares y los medios de comunicación. La izquierda debe aprovechar las jornadas electorales como tribuna para denunciar a la derecha y posicionar su proyecto. Utilizando no solamente lo que pasa en cada país, sino lo que pasa en el resto del mundo, ya sea a nuestro favor o cuestionando al imperialismo”.

Luego, el manifiesto del Foro de São Paulo agrega: “La izquierda debe proponerse tomar todos los espacios posibles de radio, prensa y televisión, aunque sea a nivel de programas pagados para erosionar a los partidos de derecha y propagandear nuestro proyecto, a nivel local, nacional e internacional, entendiendo que todo ciudadano, independientemente de sus posiciones políticas, es objeto y sujeto de nuestra atención y para los cuáles siempre tiene que haber un discurso, de lo contrario seguiremos perdiendo el tiempo dirigiéndonos solamente a los sectores convencidos y desde una posición más sectaria que educativa”.