Las pruebas en contra de la vicepresidenta argentina Cristina Kirchner son contundentes en la causa de corrupción donde es la principal acusada.
Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola dieron a conocer durante varios días las claras pruebas de que Cristina Kirchner fue la jefa de una asociación ilícita que dirigió desde su gobierno y el de su esposo y expresidente Néstor Kirchner, una trama de corrupción para que su testaferro, Lázaro Báez, recibiera millonarias concesiones para realizar obra pública en la provincia de Santa Cruz, cobrando sobreprecios, incumpliendo normativas en obras que nunca finalizaron.
El fiscal Diego Luciani dijo que Néstor y Cristina Kirchner instalaron y mantuvieron “una de las matrices más extraordinarias de corrupción en el país”.
El acusador público explicó que tiene por acreditado que entre 2003 a 2015 funcionó dentro del Estado “una asociación ilícita de características singulares” y de forma “piramidal” y que tuvo “en su cúspide a quienes se desempeñaron como jefes de Estado”.
La hoy presidenta del Senado, Cristina Kirchner, es para los fiscales la jefa de una asociación ilícita y este lunes pedirán una condena de prisión de al menos 10 años e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.
Más comunicaciones del teléfono de López
En la continuación del alegato, el fiscal Luciani siguió con el análisis de las comunicaciones obtenidas del teléfono de José López -secuestrado el 14 de junio de 2016-, que permitieron “reconstruir, evidenciar cómo desde las más altas estructuras del Poder Ejecutivo se llevaron a cabo las acciones concretas que les permitió cumplir con el plan sistemático de corrupción trazado a lo largo de doce años”. Agregó que ello dejó al descubierto “la intervención directa de Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido, José López, Abel Fatala, entre otros, en pos de beneficiar de manera ilegal a Lázaro Báez y su conglomerado de empresas”.
Mostró un mensaje entre Amilcar Fredes y José López, del que surge que el exsecretario de Obras Públicas, el expresidente del Banco Nación y funcionarios de la Dirección Nacional de Vialidad intentaban ayudar a Lázaro Báez para que obtenga los pagos, y agregó que el empresario tenía un canal privilegiado, porque “Lázaro Báez era Néstor Kirchner, era Cristina Fernández”. También se exhibieron otros mensajes entre López y empresarios de la construcción como Osvaldo y Fabián de Sousa -del grupo CPC, que compitió de manera ficticia con las empresas de Báez-, referidos al manejo de los pagos de los contratos viales.