Mercosur: ¿Quién puede tomar en serio lo que opine Alberto Fernández?

Por Raúl Vallarino

0
642
Alberto Fernández

El presidente argentino Alberto Fernández  está caído en la lona, golpeado salvajemente por la vicepresidente Cristina Kirchner y el séquito de obsecuentes que ella tiene a su servicio.

Ningún mandatario argentino ha tenido a enemigos tan extremistas dentro del propio gobierno, como los que hoy golpean a un Fernández que está en el suelo y que, en términos boxísticos, le pueden contar hasta 10 y no podrá levantarse. La golpiza ha sido feroz.

Muy pocos toman en serio a Fernández y del desprestigio no se vuelve. Intenta resistir pero nadie lo respeta y él no supo conducirse como el cargo lo exigía.

Es tan insignificante rol al que lo ha rebajado Cristina con enorme desprecio, que en los últimos días a Alberto se le ha visto inaugurando una pequeña salita de asistencia médica, un natatorio y alguna pequeña obra de algún lugar remoto. Más ninguneo imposible.

Como en su país ya no manda, busca un poco de relevancia fuera de fronteras y cree que en la Cumbre del devaluado Mercosur, en Paraguay, puede tener al menos un minuto de la gloria que cada vez le es más esquiva.

El anuncio del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, decidido a encarar una apertura del inoperante Mercosur, realizando un TLC con China, encuentra en Fernández un opositor a que cristalice esta buena posibilidad que tiene el gobierno uruguayo. El mandatario argentino no puede resolver los graves problemas de su país, pero quiere hacer daño en terreno ajeno.

El portal INFOBAE de Argentina, dice este miércoles en un artículo: El gobierno de Alberto Fernández viene insistiendo en que cualquier tratado de este tipo debe formar parte de una estrategia del bloque y no de un país en forma individual. Pero Montevideo se cansó de esperar una respuesta del pacto regional y encaró tratativas en solitario, en el marco de una política “aperturista” respaldada por Brasilia.

Con todo esto, Fernández, sin respaldo y demostrando incompetencia para dirigir los destinos de país, sale ahora a dar lástima en la región.

No puede alzar la voz para protestar en Argentina, su jefa Cristina no se lo permite, pero Alberto quiere liderar en el Mercosur, donde tampoco tiene aptitudes para hacerlo.

Por su parte, el improvisado canciller argentino Santiago Cafiero, que también navega como su presidente en un mundo ajeno a la realidad, dijo hoy en Paraguay que “Algunos usan el término modernizar; para la Argentina modernizar no implica disgregar al bloque, y la toma de decisiones unilaterales sino asumir la responsabilidad de transformar y profundizar el proceso de integración”.