Juan Grabois, es un argentino “amigo personal” del papa Francisco que tiene un cargo en la Santa Sede. Fue nombrado por Bergoglio como miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.
Debería ser un hombre de paz, pero Grabois es un mensajero de la guerra y la violencia, que amenaza al gobierno, con derramar sangre en las calles si no se atienden sus reclamos.
Grabois, a la vez, opera sin disimulo para la vicepresidenta Cristina Kirchner que desestibiliza el gobierno que ella impuso e integra.
Son tantos los errores de la dupla presidencial, Fernández – Kirchner que Grabois solo ataca al presidente en su violento discurso, operando claramente para deslindar de culpas a la vicepresidenta, que es en realidad la mayor culpable del desastre y la crisis que azota a la Argentina.
El funcionario papal es agresivo, insulta y amenaza con la anuencia de su protector, el supuesto “santo padre”, Jorge Bergoglio, un declarado enemigo de la bondad, que defiende a la dictadura cubana, enorgulleciéndose de su amistad con el tirano Raúl Castro: “tengo una relación muy humana” con el hermano de Fidel, reconoció Francisco, sin condenar las salvajes torturas a quienes piden la libertad para Cuba.
El miércoles (20/7) en medio de la marcha de las organizaciones sociales que reclamaron más planes planes sociales, pero no piden fuentes trabajo. Exigen el vergonzoso Salario Básico Universal (SUB), que deberán pagar los que verdaderamente trabajan en el país. Grabois afirmó que los movimientos están dispuestos “a dejar sangre en la calle” en las protestas y amenazó con saqueos a supermercados si no se atienden sus demandas.
“El papa debería echar a Grabois”
El Auditor General de la Nación, Miguel Ángel Pichetto, se dirigió en duros términos all papa Francisco a través de su cuenta de Twitter, donde le pide que eche a Juan Grabois de su “gabinete papal”.
https://twitter.com/MiguelPichetto/status/1549894362708025350
Pichetto agregó: “Sabemos que el Papa está más preocupado por el humanismo de Raúl Castro y ya está demostrado su desprecio por los argentinos. Nada va a aportar como mensaje dirigido a la reconciliación y a que la Argentina reconstruya la visión del trabajo” y terminó expresando, “Los que alientan la sangre en las calles de la Argentina son asesinos en potencia. Hay que cuidar a los argentinos de bien”, subrayó.