Por Raúl Vallarino.-
Que Cristina Kirchner es dañina, oscura, mala con su gente y desestabilizadora, no tengo ninguna duda. Pero además es mitómana y ahora personifica a la histórica Gata Flora, aquella del versito donde primero ríe y después llora. Ustedes me entienden…
Durante meses hostigó con terrible saña al ministro de Economía Martín Guzmán, pidiendo ella y la nefasta agrupación política La Campora, un grupo ultra desestabilizador comandado por su hijo Máximo, la renuncia del jerarca que respondía al presidente Alberto Fernández.
La vicepresidenta argentina no tiene empatía con nadie y este viernes hizo gala del “gatoflorismo” y del cinismo que aflora en su personalidad.
Durante un discurso en El Calafate, en la provincia de Santa Cruz, bastión del kirchnerismo más nefasto, donde gobierna con desatinos su cuñada, Alicia Kirchner, la delirante Cristina criticó la renuncia de Guzmán, algo que ella misma provocó.
No tiene límites y miente sabiendo que algo quedará, como dice el viejo dicho. En su intervención con cinismo dijo sobre la dimisión de Guzmán: “creo que fue un inmenso acto de irresponsabilidad política”, aseguró con total descaro, la principal instigadora que pedía a gritos la renuncia del ministro de su propio gobierno.
Cristina Kirchner en su discurso acusó a Martín Guzmán de “irresponsable”, por renunciar y lo calificó de “desestabilizador”, cuando ella pedía que Alberto Fernández lo quitara del gobierno. La Gata Flora en su máxima expresión.
Pero también ninguneó al presidente que impuso y que viene destrozando cada día, diciendo que Guzmán al dimitir “traicionó” a Alberto Fernández. “Pobre Alberto”, dijo.
Y en el colmo del delirante discurso, dijo: “No voy a revolear a ningún ministro, no se preocupen”, pero nadie le cree; ya se cargó a varios.
Pero lo más jocoso -entre varios dislates- del discurso de la vicepresidenta, fue el momento cuando se refirió a los privilegiados ciudadanos que viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA): “Aquellos que tienen la suerte de vivir en CABA deben comprender que hay otras localidades del interior que no tienen atracciones turísticas, pero que hay argentinos y argentinas que necesitan viajar cuyos destinos no son rentables y si no va Aerolíneas no va nadie”. Ella es una de las personas que tiene la suerte de vivir en CABA, en un coqueto piso en la intersección de las calles Uruguay y Juncal.
La Gata Flora ataca de nuevo y no se engañen, las sucesivas caídas de ministros fueron por decisión de la vicepresidenta, Alberto Fernández es solo una figura decorativa. Está pintado al óleo.
Excelente artículo de opinión como nos tiene acostumbrados Raúl Vallarino.
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