El presidente argentino juega a dos puntas con una ingenuidad increíble con acciones paralelas que sólo él puede creer que cristalicen.
Alberto Fernández vuelve a interpretar la canción de Miguel Mateos que dice: Tengo a un ruso y a un yanqui dentro de mi habitación/que se juegan mis zapatos y mi foto de graduación/en un Attari…
En agosto de 2021, Fernández dejaba ver -en los medios de comunicación – que su intención era ser un interlocutor confiable de la administración Biden en la región.
Un artículo del portal IProfesional del 3 de agosto de 2021, bajo el título: Lobby: Alberto Fernández busca ser un interlocutor confiable de la administración Biden en la región, destacaba que “Uno de los objetivos de política exterior del Frente de Todos es posicionar al Presidente (Fernández) como un interlocutor confiable para Estados Unidos en la región, tras la crisis de popularidad que afronta el mandatario brasileño Jair Bolsonaro”, se revelaba en la nota periodística.
Pero pocos meses después, con sus ya clásicas vueltas en el aire, Alberto Fernández, se reúne con Putin y asegura algo diametralmente opuesto a lo que dijo y le explica al mandatario ruso que quiere dejar atrás “la dependencia” con los EEUU y le ofrece que Argentina sea “la puerta de entrada de Rusia a America Latina”.
Según los medios, Fernández le aseguró a Putin que Argentina puede ser la puerta de entrada de Moscú a América Latina y cuestionó la relación geopolítica que la Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene desde hace décadas con la Argentina.
“El contexto es muy favorable para vincularnos más entre Rusia y la Argentina. Tenemos que ver la manera de que Argentina se convierta en una puerta de entrada de Rusia en América Latina, para que Rusia ingrese de una manera más decidida”, dijo Alberto Fernández.
Finalmente el argentino subrayó: “Yo estoy empecinado en que Argentina tiene que dejar esa dependencia tan grande que tiene con el Fondo y con Estados Unidos. Y tiene que abrirse camino hacia otros lados. Y ahí es donde me parece que Rusia tiene un lugar muy importante”.
Sin dudas, el doble discurso de Alberto Fernández se acomoda de acuerdo al interlocutor que tenga delante. Falta saber quien le cree.