La incidencia acumulada de covid-19 en España se situó este viernes en los 511 casos por cada 100.000 habitantes en un periodo de referencia de 14 días, lo que supone la declaración de un escenario de “riesgo muy alto”, según los baremos del Ministerio de Sanidad.
En concreto, este indicador superó el listón de 500 –a partir del cual se declara el “riesgo muy alto”– tras ascender 39 puntos en solo una jornada, desde los 472 casos por 100.000 habitantes comunicados el jueves.
Según los datos oficiales de este jueves, en la última jornada se sumaron 33.359 nuevos contagios y 41 fallecidos al recuento oficial de la pandemia, que ya alcanza un balance global de 5.455.527 casos de covid-19, de los que 88.708 resultaron en la muerte del afectado.
El auge de contagios no generó hasta el momento una situación de colapso sanitario gracias a la amplia cobertura de vacunación en España, donde el 89,9 por ciento de la población mayor de doce años ya fue vacunada con pauta completa.
Además, este miércoles se inició la vacunación de los menores de 12 y varios colectivos vulnerables se encuentran recibiendo dosis de refuerzo.
Pese a ello, el auge de contagios empieza a dejar huella. En estos momentos, los pacientes de covid-19 ocupan el 14 por ciento de las camas de cuidados intensivos, cuando hace un mes ocupaban menos del 5 por ciento.
Asimismo, en las últimas semanas aumentó el número de casos mortales. Según el Ministerio de Sanidad, la cifra de fallecidos por covid-19 en la última semana es de 195, cuando hace un mes la cifra de muertes semanal era de 94.
España llega a Navidad en un clima de preocupación por el alza de contagios
España se prepara para las celebraciones navideñas en un clima enrarecido por el alza de casos de covid-19. Por el momento, ni el Ministerio de Sanidad ni las comunidades autónomas adoptaron nuevas medidas restrictivas para contener los contagios, pero el temor a los brotes en vísperas de las reuniones familiares es palpable en la sociedad.
Según confirman a Sputnik desde la Conferencia de Empresarios de la Hostelería Española, el aumento de contagios ya provocó la cancelación del 20 por ciento de las reservas para las tradicionales cenas de empresa y encuentros de amigos que suelen preceder a las celebraciones familiares, lo que demuestra hasta qué punto se extiende la preocupación.
EL ESCENARIO EPIDÉMICO
Este ramalazo de precaución por parte de los ciudadanos viene avalado por los datos epidémicos. En estos momentos, el país registra una incidencia acumulada de 511 contagios por cada 100.000 habitantes en un periodo de 14 días. Este indicador sigue una tendencia al alza casi ininterrumpida desde el 15 de octubre, cuando se encontraba en 40 puntos.
Por el momento, la amplia cobertura de vacunación en España –el 89 por ciento de los mayores de 12 años ya recibieron la pauta completa– evitó que esta oleada de contagios derivara en una avalancha de casos graves. Sin embargo, los contagios tienen su coste.
En estos momentos los pacientes de covid ocupan el 14 por ciento de las camas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) del país, cuando hace un mes no llegaban al 5 por ciento. Asimismo, hace un mes la cifra de muertes semanales por covid-19 era de 94 personas, ahora es de 195, más del doble.
“Todos los indicadores que indican el riesgo en nuestro país crecen de una manera sostenida en las últimas semanas”, señaló la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en una de sus últimas apariciones públicas. Es cierto que los contagios se concentran sobre todo en los menores de 12 años –cuya vacunación empezó esta semana, por lo que se trata del colectivo más expuesto al virus–, pero las alarmas se encuentran encendidas.
AUGE DEL AUTODIAGNÓSTICO
Este escenario provocó un auge del autodiagnóstico, sobre todo en lugares como Madrid, donde el estado de colapso perpetuo de la atención primaria empuja a una compra masiva de test de antígenos en las farmacias, que empiezan a tener problemas para atender la demanda.
“Viene muchísima gente pidiendo test. A nosotros ha resultado imposible atender la demanda, se nos acabaron los test y no llegan más hasta mañana, así que muchos clientes se van de vacío, sin saber si son positivo o no”, explica a esta agencia una joven que trabaja en una farmacia en la calle Fuencarral, en pleno centro de Madrid.
Según explica esta farmacéutica, la mayoría de los clientes que piden test son contactos estrechos de personas positivas que no muestran síntomas, pero que quieren hacerse la prueba “para saber si mantienen o no sus planes de Navidad”.
SIN NUEVAS RESTRICCIONES
Esta fiebre del autodiagnóstico es un síntoma de cómo se están gestionando los preparativos de Navidad a nivel pandémico en España: apelando a la responsabilidad individual.
El pasado 30 de noviembre, ante la llegada de la variante ómicron, el Ministerio de Sanidad actualizó el documento donde se analiza el riesgo de las mutaciones del coronavirus para recomendar el establecimiento de “límites” en los eventos sociales “especialmente durante las celebraciones navideñas”. El documento no incluye ni siquiera una mención a cuál es el límite de asistentes que recomienda.
Sí lo hacen algunas regiones, como Navarra, que este viernes publicó una resolución donde recomienda limitar comidas y cenas navideñas a un máximo de dos unidades familiares y diez personas. Canarias, Galicia y País Vasco preparan recomendaciones similares que, de nuevo, no pasan de eso, una mera sugerencia.
Durante las últimas semanas el discurso del Ministerio de Sanidad no se movió. A su modo de ver, no es necesario imponer nuevas restricciones sociales, sino que basta con seguir vacunando, no olvidar las medidas de higiene básicas (mascarillas, ventilación y distancia social) y seguir utilizando el pasaporte covid en aquellas regiones donde se encuentra activo.
Los pocos movimientos destinados a reforzar las medidas de seguridad son, hasta la fecha, tímidos. Por ejemplo, Cataluña decidió este viernes volver a imponer la cuarenta obligatoria para todos los contactos cercanos a un positivo, incluso cuando la persona en cuestión esté vacunada, algo que no sucede en el resto de España.
En cualquier caso, desde el poder político –tanto a nivel nacional como regional–se descarga la responsabilidad de lo que pueda pasar sobre los hombros de los ciudadanos, incluso cuando ya se tiene asumido que la situación empeorará en próximas semanas.
Un ejemplo de ello son las palabras de Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, la mayor defensora del ‘laissez-faire’ pandémico en España: “Vamos a vivir unas semanas complicadas con la nueva variante, que como estamos viendo es muy contagiosa y lo que tenemos que hacer es ir preparándonos para ver nuevas noticias de nuevos contagios, de nuevos brotes”, advirtió este jueves en una intervención en la que, pese a la realidad descrita por ella misma, descartó imponer restricciones a la actividad social. (Sputnik)