La farsa: Cristina no reconoce que es la madre de la derrota K y culpa a Alberto Fernández

Por Raúl Vallarino – Editor general de ICN Diario

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Alberto Fernández y, Cristina Kirchner - Foto Congreso

La farsa de Cristina Kirchner no tiene límites. Durante los 12 años años de gobiernos kirchneristas, ella y el difunto Néstor, fueron por todo y destrozaron a una Argentina donde la corrupción hizo estragos a todos los niveles, con funcionarios hoy procesados por sus delitos. A Cristina la vienen salvando los fueros.

Con total descaro y como si ella fuera ajena a este desgobierno, le miente en la cara a los ciudadanos y acusa a quien cumple sus órdenes: “No fui yo, fue él”, dice ahora la vicepresidente, pero sólo a sus acólitos más fieles, acostumbrados a vivir en constante genuflexión ante su jefa, les entran sus falacias.

¿Alguien puede creer que no es Cristina la que manda?. La estrategia es muy simple; le dejó a Alberto colocar a su alrededor algunos ministros y funcionarios “fusibles”, para hacerlos saltar cuando ella lo considerara conveniente y, al presidente Fernández, le crecieron los enanos, que paradójicamente nunca estuvieron a la altura de sus cargos.

Hoy, en una carta lastimosa y a la vez cruel con Alberto Fernández, Cristina patea definitivamente el tablero y muestra sus garras y su desprecio por un hombre vencido, sin ideas, irresoluto, al que utilizó a su antojo para lograr sus fines más oscuros.

Alberto es tan culpable como su jefa. Se dejó utilizar y se creyó que él era el presidente de la Nación y defendió lo indefendible. Lejos quedó el hombre que en el pasado criticó los gobiernos kirchneristas, para luego dar una voltereta en el aire y aceptar ser el compañero de fórmula de quien había criticado.

La carta de Cristina con un final de tinte cuasi mafioso 

La vicepresidente Cristina Kirchner, escribió en una carta dando a conocer este jueves su relación con Alberto Fernández y con total desparpajo expone la situación como si ella no fuera parte del gobierno. Sólo una mente que desvaría puede mentir en una forma tan inescrupulosa.

En líneas generales hace elucubraciones muy lejanas a la realidad, para en cierto momento aseverar: Como no soy mentirosa y mucho menos hipócrita (nunca digo en público lo que no sostengo en privado y viceversa), debo mencionar que durante el año 2021 tuve 19 reuniones de trabajo en Olivos con el Presidente de la Nación. Nos vemos allí y no en la Casa Rosada a propuesta mía y con la intención de evitar cualquier tipo de especulación y operación mediática de desgaste institucional.

En las primeras 18 reuniones, la última de ellas el 07/09/2021, siempre le plantee al Presidente lo que para mí constituía una delicada situación social y que se traducía, entre otras cosas, en atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo, sin desconocer, obviamente, el impacto de las dos pandemias: la macrista primero y la sanitaria a los 99 días de haber asumido el gobierno. Igualmente siempre remarqué la falta de efectividad en distintas áreas de gobierno.

Perdido ya todo recato, Cristina intenta hacer creer que ella era una simple consejera del presidente y no parte del gobierno que decidía. Ahora ante el fracaso de sus propias órdenes e imposiciones, le pasa el fardo a Fernández: También señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar “muy bien” las elecciones. Mi respuesta, invariablemente, era “no leo encuestas… leo economía y política y trato de ver la realidad”. Una realidad que me indicaba que en el año 2015 perdimos las elecciones presidenciales en segunda vuelta y por escasa diferencia, con el mayor salario en dólares de Latinoamérica -que representaba más del doble del salario actual-, con una inflación que era menos de la mitad que la actual y con un candidato, Mauricio Macri, que decía que no le iba a sacar a nadie lo que ya tenía, sino que sólo iban a cambiar las cosas que estaban mal.

Si no fuera trágico el momento que vive Argentina, serían para reírse ciertas frases que la vicepresidente emplea: “señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar “muy bien” las elecciones”.

Si es así, ella estuvo de acuerdo en aplicar esas políticas, pero lo más probable es que fuese la misma Cristina que las impusiera, aunque hoy trate de endosarle el muerto a Fernández.

Y ya en el final de la misiva hace una declaración de estilo cuasi mafioso: Cuando tomé la decisión, y lo hago en la primera persona del singular porque fue realmente así, de proponer a Alberto Fernández como candidato a Presidente de todos los argentinos y las argentinas, lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi Patria. Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión…

¿Cuál decisión? ¿La obligación de Alberto Fernández -en caso de ganar- de frenar las causas judiciales  que por hechos de corrupción le sigue la Justicia a la vicepresidente?.

Alberto Fernández aún cree que no cayó en una trampa y no admite que sólo es el chivo expiatorio de los desmanes de su jefa.

Cristina enojada dice en su carta. “No voy a seguir tolerando las operaciones de prensa”, cuando ella es la primera en hacerlo.

El audio preparado y editado para filtrarlo a los medios

La diputada ultrakirchnerista Fernanda Vallejos, “escenificó” un mensaje, obviamente editado para que apareciera como una filtración donde ataca a Alberto Fernández diciendo que es “enfermo”, “okupa”, “mequetrefe” y “payaso”, mientras le habla a un interlocutor llamado “Pedro”.

“Todos esperábamos que el enfermo de Alberto Fernández, que el okupa de Alberto Fernández, el lunes a las 8 de la mañana estuviera haciendo una conferencia de prensa en un escritorio con todas las renuncias sobre la mesa”, dice Vallejos, a la que algunos colegas a sus espaldas y socarronamente, le dicen “Betty la fea”.

La servil legisladora K, agrega: “No lo hizo y no lo quiere hacer, quiere conservar a su núcleo de inútiles, que están ahí de prestado ocupando las oficinas de la Casa Rosada y no han hecho nada. No hay conducción política porque el jefe de Gabinete es un payaso”, en referencia a Santiago Cafiero, leal al presidente.

Con una bajeza de conceptos, debidamente estudiados, la mandadera de Cristina insiste:  “El tipo está atrincherado, como Redrado en el Banco Central, así, atrincherado en la Casa Rosada. Y él es un okupa porque no tiene votos, no tiene legitimidad, no lo quiere nadie… A la derecha le sobran opciones. Mirá si va a votar a este mequetrefe que no sirve para nada. Y nuestra gente no lo quiere, no lo quiere porque justamente no se subordinó a la política para la cual fue elegido”.

El colmo del audio de 12 minutos, grabado fuerte y claro es cuando Fernanda Vallejo, dice a su interlocutor luego de defenestrar al ministro de economía, Martín Guzmán: “Obviamente, todo esto que digo acá lo digo entre compañeros, ahora voy a la tele, voy a decir otra cosa, nadie va echarle leña al fuego, nadie va armar un incendio con los árboles caídos, pero acá hay que ubicarse en qué lugar está cada uno, y este señor, que gracias a Cristina, y a todas y todos nosotros, está sentado ahí, en el sillón de Rivadavia, no tiene ningún mérito propio para estar sentado ahí”.

Es tan falso el audio armado y editado para difundir que incluso, hablando en confianza con un supuesto compañero kirchnerista, Vallejo emplea el inclusivo “y a todas y todos”, como un discurso para la tribuna en un acto político.

 

 

 

 

1 Comentario

  1. Fernanda Vallejos es una mujer desagradable, bien puesto tiene el apodo de “Betty, la fea”. Yunta perfecta con la chorra jefa de la gavilla de corruptos kirchneristas.

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