En Uruguay vivimos en democracia y cada uno es libre de opinar y eso es la esencia de la libertad de expresión, pero cuando se dicen cosas que pueden afectar la salud de la ciudadanía, se debe tener cuidado y no intentar confundir a la población.
Los antivacunas pueden decidir no inocularse contra el Covid-19, porque en Uruguay no es obligatorio hacerlo, pero el resto de los ciudadanos tenemos el mismo derecho a exigirles a los negacionistas de las vacunas que no nos tomen por tontos, tratando de influir peligrosamente sobre las decisiones de quienes optamos por vacunarnos, al hablar sobre supuestas reacciones físicas que no están probadas y menos avaladas por científicos reconocidos de todo el mundo.
El único diputado por el Partido Ecologista Radical Intransigente, PERI, César Vega, ha pedido crear una comisión que investigue los efectos negativos de las vacunas contra el coronavirus.
¡Pare la mano diputado!. Somos los uruguayos los que le pagamos el sueldo para que legisle y no nos hable de “imantados” que se le pegan cucharas u otros objetos metálicos luego de vacunarse contra el covid-19.
En un artículo publicado por El País, Vega dijo que en “El propio ambulatorio del Parlamento hay varios funcionarios a los que se les pegan metales a la piel”. También presentó ante los medios de prensa a dos mujeres “imantadas”, presuntamente por efecto de las vacunas a las que se les pegaban en el cuerpo tenedores, cucharas y llaves.
Más tarde las “imantadas” hablaron en el programa “Santo y Seña” de canal 4, reconociendo que no habían sido vacunadas.
Le avisamos al diputado Vega que el hijo de Tusam está haciendo shows, puede consultarlo.
En lo personal, mi familia y yo, como miles de uruguayos, nos inmunizamos (tres dosis) contra la pandemia y nada se nos ha pegado. En mi caso la única cuchara que tengo cerca y no se me pegó al cuerpo es la de revolver el café. Reconozco que debo bajar la cantidad de azúcar o eliminarla, con lo cual, si no utilizo el dulce elemento, no voy a necesitar una cuchara.
La vacuna ha dado resultados positivos en todo el mundo. Si Vega no quiere vacunarse que no lo haga, es su opción, pero sus derechos terminan donde comienzan los del otro.
Ahora voy a referirme a la diputada del partido Cabildo Abierto, Elsa Capillera. Pero antes le quiero advertir a la legisladora que soy católico y puedo coincidir con ella en muchas cosas sobre religión, pero nunca en dejar mi salud y la de mi familia sin una vacuna – que ha probado salvar vidas- y menos voy a asegurar -como dice la parlamentaria- que no se ha vacunado porque “por mi fe cristiana soy de inmunidad natural” y agregó: “A no ser la de la vacuna antitetánica, no tengo otras vacunas. Tampoco tomo medicación alguna. Tengo un cuidado personal de la salud”, dijo la vicepresidenta de la Cámara de Diputados.
¿Entonces la fe cristiana no protege contra el tétanos? Es bueno saberlo. Gracias diputada.
El doble discurso de Capillera
En marzo de este año, la diputada Capillera, a través de su cuenta de Twitter, se ofrecía para ayudar a vacunarse contra el coronavirus a los ciudadanos. Publicación que luego eliminó:
Como ella, otros dos legisladores de Cabildo Abierto, también expresaron que no se han vacunado. El representante de Tacuarembó, Rafael Menéndez, y el de Salto, Rodrigo Albernaz.
En contraposición el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, que casualmente pertenece a Cabildo Abierto, fue consultado al respecto y señaló: “¿Qué quiere que le diga? Es una representante nacional (Capillera), tiene derecho a expresarse. El otro representante nacional también (en alusión a César Vega), tiene todo el derecho a expresarse tanto como representante y ciudadano, pero a mí esa opinión no me representa”.
Tras sus declaraciones a El País, Capillera se expresó sobre el asunto en sus redes sociales. Primero “felicitó” al gobierno por “conseguir y poner a disposición las vacunas para todo aquel que decide vacunarse”, pero apuntó: “Yo entiendo muy bien que no vacunarse implica riesgos, pero esos riesgos, ¿son mayores o menores a los que tengo si me vacuno?”. “En mi caso, por mi edad, estado de salud y que no estoy en población de riesgo, prefiero esperar para tomar esta decisión. No es un si ni un no, es un “quiero saber más”, indicó la legisladora.
Le recuerdo a la señora diputada lo mismo que le dije a su colega Vega: Somos los uruguayos los que pagamos su sueldo, dedíquese a legislar y deje los temas de la salud para los especialistas. No intente confundir a los ciudadanos con sus decisiones personales.
Aunque una frase apócrifa atribuida al Quijote que no aparece en la inmortal obra de Cervantes, se puede repetir en este caso: «Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras» para referirse a algo que nos causa sorpresa o perplejidad.
No hay dudas de que Uruguay es un país generoso.
Sólo algunos ejemplos de “negacionistas” de la vacuna que murieron por coronavirus
Entre varios, el rapero Marcus Birks, que durante mucho tiempo hizo campaña proclamando la inexistencia del virus y por tanto lo inútil de las medidas de protección. Finalmente ha acabado enfermando y falleciendo a causa del COVID, a los 40 años de edad en un hospital de Stoke-On-Trent (Reino Unido). Sólo recapacitó cuando comprendió la gravedad de su estado. Entonces, aprovechó una entrevista a la BBC para enviar un mensaje a sus seguidores. “Fui un ignorante“, proclamó. “Si no estás enfermo, nunca piensas que enfermarás. Sentir que no puedes respirar es la sensación más aterradora del mundo. Quiero decir a mi familia y al resto del mundo es que deben vacunarse”: “Fui un ignorante, vacúnense”: un rapero negacionista muere por COVID
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Y la lista sigue…














Elsa Capillera es la “Graciela Villar” de Cabildo Abierto. Ni ella ni la frenteamplista, terminaron de estudiar.
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