La Global Energy Association, con sede en Moscú, que desde 2003 otorga el premio internacional anual por destacadas investigaciones científicas y avances en materia de energía, ha firmado en Montevideo un importante memorándum de entendimiento con la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), integrada por 27 países de la región.
En un acto protocolar firmaron el acuerdo el presidente de Global Energy, Sergey Brilev y el secretario ejecutivo de Olade, Alfonso Blanco Bonilla.
Sergey Brilev, explicó la escasa presencia de Latinoamérica entre los postulantes al Premio Global Energy, de 540.000 dólares, otorgado anualmente en los ámbitos de energía tradicional, energía no tradicional y nuevas aplicaciones de energía.
“Hace un año y medio participaban 12 países en el proceso, ahora participan 36; antes había 39 postulaciones, ahora son 94. Pero, lamentablemente, de esas 94 nominaciones hubo tan solo dos desde América Latina —México y Uruguay—, por lo menos, en este último ciclo de nominaciones que terminó en abril”, indicó.
Brilev, reconocido periodista y presentador de televisión ruso calificó de injusta esta situación.
“Yo creo que América Latina y el Caribe, con sus avances en materia de energía, merecen más, y quiero atraer a más latinoamericanos, investigadores pero también gerentes, al proceso de postulaciones y, obviamente, al proceso de nuestras conferencias, simposios, etcétera”, expresó Brilev, conocido además por ser fundador y presidente de la organización no gubernamental Instituto Bering-Bellingshausen para las Américas (IBBA), con sede en Montevideo.
Por su parte, Blanco Bonilla señaló que América Latina y el Caribe es una región que, en cuanto a la energía, tiene “gran potencial en muchas áreas”, y “muchos elementos no son ampliamente conocidos en el resto del mundo”.
Puntualizó que los tres elementos principales incluidos en el memorándum de entendimiento son la difusión y un mayor anclaje del premio de Global Energy en América Latina y el Caribe; la realización de actividades conjuntas orientadas a generar conocimiento, difundir nuevas prácticas e innovaciones para el sector energético; y el establecimiento de espacios para la formación de capacidades, la generación de documentos conjuntos, áreas de cooperación y proyectos específicos para la región.