Cuando el 28 de enero de 2013, el régimen de Cuba asumió la presidencia pro tempore de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, muchos entendimos que ese organismo no es fiel representante de la postulados de valores democráticos que dice sostener. Darle la vigilancia del cumplimiento de las libertades en los países miembros a Cuba, era como enviar a un zorro a cuidar un gallinero repleto de gallinas.
En esa fecha, e ignorando lo que estipula la Declaración de Caracas en cuanto a “la protección y promoción de todos los derechos humanos y de la democracia” , la propia organización anunciaba que luego de la Cumbre de Chile, Cuba iba a ser el país encargado de realizar la siguiente Cumbre de CELAC, para lo cual recibió la presidencia pro tempore del bloque de países.
La pregunta fue, en ese momento: ¿Qué hace la dictadura cubana entre países democráticos?. Según expresó un artículo de Infobae, escrito por Gabriel Salvia, Cuba ejercerá la presidencia pro tempore del bloque, pero es “el único país de América Latina que impide el ejercicio de la soberanía popular a través de elecciones libres, es decir, un proceso electoral en el cual participe más de un partido político, será el encargado de intervenir “en caso que exista una amenaza de ruptura o alteración del orden democrático que afecte gravemente al gobierno constitucional de un Estado miembro”.
El artículo agrega que “Cuba es el único país de América Latina que en ámbitos internacionales adopta posiciones vergonzosas respecto a la dignidad humana. Por ejemplo, el 1º de junio de 2012 fue el único país de la región que votó negativamente la resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre el deterioro de la situación en Siria y los asesinatos perpetuados por la dictadura de Al-Assad en El-Houleh. Fueron 41 votos a favor, entre ellos los de Chile, Costa Rica, Guatemala, México, Perú y Uruguay, todos países integrantes de la Celac. Solamente votaron en contra China, Rusia y… Cuba.
Hasta Ecuador, un aliado casi “incondicional” de la dictadura cubana, en esos años, se abstuvo en esta votación”.
El zorro cuidando las gallinas
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), es un organismo intergubernamental de ámbito regional, heredero del Grupo de Rio y la CALC, la Cumbre de América Latina y del Caribe que promueve la integración y desarrollo de los países latinoamericanos.
La CELAC fue creada el martes 23 de febrero de 2010 en sesión de la Cumbre de la unidad de América Latina y el Caribe, en la ciudad de Playa del Carmen, Quintana Roo, México. La I Cumbre de la Celac, con el objetivo de su constitución definitiva y de integración frente a la crisis económica, tuvo lugar en Caracas, Venezuela, los días 2 y 3 de diciembre de 2011. La II Cumbre de la Celac se celebró en Chile en enero de 2013. La Celac excluye de la misma a Estados Unidos y Canadá.
En la Declaración de Caracas, CELAC expresa en el numeral 23: Que reconociendo el derecho que tiene cada nación de construir en paz y libremente su propio sistema político y económico, así como en el marco de las instituciones correspondientes de acuerdo al mandato soberano de su pueblo, los procesos de diálogo, intercambio y negociación política que se activen desde la CELAC deben realizarse tomando en cuenta los siguientes valores y principios comunes: el respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, el respeto a la soberanía, el respeto a la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos y de la democracia.
En el numeral siguiente, la CELAC afirma: Con fundamento en los valores y principios del párrafo anterior y recogiendo la práctica del Grupo de Rio, la CELAC promoverá el desarrollo de instrumentos para garantizar el cumplimiento de los mismos.
La organización sostiene que “Reiteramos que nuestra comunidad se asienta en el respeto irrestricto del Estado de Derecho, el respeto a la soberanía y la integridad territorial, la defensa de la democracia, la voluntad soberana de los pueblos, la justicia social, el respeto a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales que son requisitos esenciales para la participación en los distintos órganos de la CELAC”.
Por otro lado, Santiago A. Canton, director del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos ha expresado en un artículo periodístico que: “No sabemos qué pasó, pero cuando nos despertamos el zorro estaba a cargo de proteger a las gallinas. El próximo lunes, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, entregará la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a Raúl Castro, presidente de Cuba. Durante el próximo año, el único presidente de América Latina que no puede mostrar el galardón de haber sido elegido por la voluntad popular tendrá a su cargo vigilar la democracia de nuestra región”.
Otorgarle a Cuba la presidencia de un club de naciones donde el voto popular es la única forma para elegir a nuestros gobernantes, es un grave error y envía una señal equivocada sobre el valor del sistema democrático para nuestros países. Pareciera que el olvido llegó rápidamente a los 33 jefes de Estado y Gobierno miembros de la CELAC que hace poco más de un año, durante la cumbre en Caracas que creó este nuevo proyecto de integración, firmaron una declaración en defensa de la democracia que establece que en caso de ruptura del orden constitucional o del Estado de derecho, la presidencia convocará una reunión de cancilleres para decidir sobre la suspensión al país respectivo. Disculpen mi desconfianza, pero no creo que Raúl Castro sea la persona indicada para defender las democracias de la región”, expresó Santiago A. Canton.
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