Por José A. Alem Deaces.-
Hemos hecho abundantes referencias a ingresos que llamamos oficiales del fútbol.
Ahora dedicaremos algunas líneas a los extra oficiales, es decir aquellos que genera el fútbol, aunque no dependan directamente de él.
Encontramos varios y de diverso tipo.
Ya hemos hecho mención a las fábricas que confeccionan la indumentaria deportiva y los zapatos de fútbol, mano de obra uruguaya.
Al comprarse importados baja este número y salen divisas del país, pero trabajan despachantes de aduana y comercios varios.-
Hemos hablado también del marketing oficial, pero se venden en ferias, por internet y en locales camisetas, equipos deportivos, materas, pegotines, escudos y otros que son confeccionados en Uruguay.
Hay también una moda “vintage”, que lleva a confeccionar equipos antiguos perseguidos por coleccionistas.-
Hasta el correo ha emitido sellos homenajeando clubes, hazañas deportivas y personas vinculadas a hechos deportivos relevantes.
Hay cientos de canciones partidarias grabadas y vendidas en el medio de cada época (vinilo, discket etc.) que han generado derechos de autos y que son reiteradas muchas veces en la época de su creación.
Nos encontramos cada vez con un número mayor de libros sobre el tema, que también generan derechos de autor, gastos de impresión y comisiones y/o ganancias por sus ventas.
Cuando se permite la asistencia de público, además de las entradas y recaudaciones que puedan recibirse, se venden en cada escenario alimentos y refrescos.
En el Estadio Centenario hay no menos de tres o cuatro puestos de venta por tribuna y así en todos aunque no en la misma cantidad por el público asistente.
Imagine nuevamente el lector un partido con 60.000 personas en el Estadio Centenario con 40.000 en el Estadio Campeón del Siglo o 30.000 en el Parque Central, en verano ¿Cuántos refrescos estima que pueden venderse? Y ¿cafés en invierno?, ¿panchos, chorizos, tortas fritas, maníes o helados?.-
Y todo esto se repite fuera, dónde también se vende ropa y banderas.
Ni hablar del aumento de la venta de diarios y bebidas para festejar algún triunfo.
Tengamos también presente los traslados al interior, con gastos de locomoción, alimentación y a veces hotelería no sólo de los clubes sino de sus hinchas. ¿Si va a Colonia, nadie se tienta por pasar allí un fin de semana? ¿Y en Maldonado?
Hablemos también de las inversiones en publicidad tanto en los recintos deportivos como en diarios, revistas, radios y publicidad.
Piense el lector que pocos países tienen la enorme cantidad de programas deportivos que tiene Uruguay, dónde hay radios dedicadas únicamente al deporte y dentro de este primordialmente al fútbol.
Piense en la cantidad de personas que trabajan gracias a ellos: periodistas en radio, en estudios, en notas, operadores etc.
Este número aumenta con las trasmisiones radiales en directo, con relatores, comentaristas, publicistas, vestuaristas y todo el equipo técnico.
Mucha mayor es el número de personas que trabajan con las trasmisiones televisivas. Por algo hoy la televisión es cada vez más importante como medio de difusión y sobre todo por ser fuente de ingresos.
Las discusiones sobre el otorgamiento de estos derechos son públicas y cada vez mayores.
Puede decirse y con razón que el Uruguay, es mundialmente conocido por su fútbol, no en vano ha triunfado en 4 Mundiales, 15 copas América, dos Panamericanos y múltiples torneos amistosos.
Sus dos equipos más grandes han obtenido 8 copas Libertadores y cinco Intercotinentales.
Muchos equipos uruguayos y muchísimos jugadores han triunfado en diversos lugares.
En épocas modernas, junto a las delegaciones, sobre todo de la selección uruguaya, se realizan gustaciones de productos uruguayos para intentar abrir mercados y mejorar el comercio.
Los contratistas son empresarios que no sólo trabajan del fútbol, sino que dan trabajo a muchas personas.
Pero en casos abusan de las debilidades económicas de los clubes y obtienen ganancias superiores a las reguladas reglamentariamente.
Es un tema que merece un análisis especial.-
El aspecto social es también de suma importancia.
Los críticos hablaran de hechos de violencia que lamentablemente los hay, problemas de drogas como en toda la sociedad y la existencia de barras bravas que son más que hinchas delincuentes.
Es cierto, existen.
Pero es cierto también que el fútbol da la oportunidad a que muchos jóvenes accedan a niveles superiores de vida, así como que muchos otros tengan una forma de practicar deportes que lo alejen de los vicios, entre ellos las drogas y los peligros de la calle.
Al contrario de los críticos, deberían existir categorías que permitan un traspaso rápido del fútbol infantil al de la AUF.
Muchos de estos jóvenes perciben viáticos, otros presumiblemente mejores, firman contratos y perciben ingresos.
Pero además los clubes brindan alimentos a algunos jugadores que viven en contextos críticos, a veces alimentándolos en el club, a veces mediante entrega de canastas.
Inclusive algunos viven en instalaciones del club o este les consigue vivienda, sobre todo a los del interior.-
Todos tienen atención médica y se avanza cada vez más en que exigir que estudien, siendo este último el más difícil de lograr.
Hay clubes que tienen convenio con instituciones educativas privadas para ello, pero son los más poderosos o sea los menos.
Luego de haber tenido la paciencia de leer estas tres entregas, ¿no piensa el lector que hay otra cara además de la pasión que despierta el fútbol?, ¿no sería conveniente estudiar su influencia en el PBI?
Pero finalmente, que lindo es gritar un gol en la hora que nos brinde el triunfo contra el clásico rival y si es de offside y con la mano mejor.-













