Ángel Gabilondo, el candidato del PSOE a las elecciones en la Comunidad de Madrid, es un personaje anodino, sin fuerza cuando habla en su discursos en un solo tono que no provoca empatía al escucharle y que como Pedro Sánchez, hoy te dice una cosa y mañana te dirá otra muy diferente.
Nada en sus aseveraciones es creíble y si uno pensaba que este profesor universitario era firme en sus conceptos, termina dándose cuenta que miente.
Gabilondo llegó a negar pactos con el líder de Podemos: “Con ese Pablo Iglesias, no”, dijo en una entrevista en televisión. “Quiero una propuesta progresista, equilibrada y seria que pueda pactar con las dos manos y quiero una transformación para Madrid pero sin extremismos”, aseguró el candidato socialista.
Pero luego, viendo que las encuestas le eran esquivas y que se encamina a un rotundo fracaso en las elecciones madrileñas, dio una vuelta en el aire y cual panqueque, en el debate entre candidatos le habló con cariño al podemita Iglesias pidiendo su apoyo: “Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones”. Todo un Pinocho en ciernes.
En las pasadas elecciones de la Comunidad de Madrid, Gabilondo perdió porque no genera simpatía en la mayoría del electorado socialista, pero Pedro Sánchez ha vuelto a colocarle como candidato y nada cambió, solo qué, según lo previsible, se acerca otra vez a un triste resultado que no le dará el triunfo, más al ver su cambio radical pidiendo una alianza con Podemos, algo que al votante socialista le rechina.
