En una conferencia de prensa en México, durante su visita a este país, el presidente argentino, Alberto Fernández, intentó explicar el grave caso de los allegados al poder que fueron vacunados en secreto, pasando por encima de la población de riesgo y que minaron la credibilidad en su gobierno.
Fernández comenzó diciendo:
“En Argentina he conocido que, en circunstancias irregulares, se vacunó a un grupo de alrededor de 70 personas. El concepto de irregular es un número, un dato o un concepto a revisar, porque entre los vacunados había personas que estratégicamente debían vacunarse.
Claramente, cuando yo tomé nota de lo que había pasado, reaccioné y perdí a un ministro que en cuyo ministerio pasaron estas cosas o bajo su dependencia pasaron estas cosas”.
Luego puntualizó: “Miren, el hecho es lo suficientemente grave como para que un ministro de la talla de Ginés González García haya debido dejar su cargo, pero terminemos con la payasada. Yo le pido a los fiscales y a los jueces que hagan lo que deben. El delito, no hay ningún tipo penal en Argentina que diga: ‘Será castigado el que vacune a otro que se adelantó en la fila’, no existe ese delito y no se pueden construir delitos graciosamente, ya lo hemos vivido.
Resulta increíble que el presidente, siendo abogado de profesión, desconozca el Código Penal argentino que en su artículo 174 (inciso 5) hace referencia al “que cometiere fraude en perjuicio de alguna administración pública” y en este caso se cometió un fraude porque se violaron las disposiciones vigentes sobre las personas que estaban en la franja autorizada por el Estado para ser inoculadas con la vacuna contra el Covid-19. Los vacunados VIP, no estaban en esas franjas.
Quiso revertir el ataque pasando la responsabilidad a los fiscales denunciantes de estos privilegios del poder: “Lamento que algunos lo hayan hecho y ya hablé con mi conducta, y lo que le pido a algunos fiscales es que hagan el esfuerzo de volver a releer el Código Penal. No sé quién los aprobó ni en qué universidad aprobaron, pero ya hicieron demasiadas sinvergüenzadas para que sigan haciéndolas”.
Fernández intentó matizar el tema reconociendo: “El hecho, sin duda, es un hecho reprobable, porque nadie puede avalar que en las circunstancias que vivimos alguien tenga la posibilidad de adelantarse en la vacunación, pero les pido que sean estrictos con la lectura de esas listas, porque en esas listas aparece también personas que deben vacunarse por las características de la acción que desarrollan”.
El presidente argentino no mencionó los casos de vacunados en forma ilegal, que no tenían derecho a hacerlo como el del procurador del Tesoro, Carlos Zannini, un hombre ligado estrechamente a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y que recibió la primera dosis junto a su esposa y fue anotado en forma fraudulenta como “personal de salud”, sin serlo, según registros del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino, SISA.
Tampoco habló del caso del periodista oficialista Horacio Verbitsky que recibió la vacuna por ser amigo del ahora exministro Ginés González García.
Intentó justificar las vacunaciones del ministro de Economía Martín Guzmán, el embajador en Brasil y ex vicepresidente peronista Daniel Scioli, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, la vicegobernadora Verónica Magario, el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, varios legisladores provinciales del kirchnerista Frente de Todos, Jorge Taiana, senador nacional, Eduardo Valdés, diputado nacional, Lorenzo Pepe, exdiputado nacional peronista.
No explicó nada sobre otros “vacunados VIP” como Esteban Collazo, fotógrafo de Alberto Fernández, Melina Mallamace, jefa de Gabinete del ministerio de Economía, Nicolás Ritacco, director general de Audiencias, Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Pablo Salinas, asesor del ministerio de Economía, Domingo Peppo, embajador en Paraguay, entre otros.
Y menos dio explicaciones de otros privilegiados que ya no cumplen funciones en el gobierno, pero fueron vacunados junto a sus familias: Eduardo Duhalde, expresidente de la Nación, Hilda Chiche Duhalde, exprimera dama y exsenadora nacional, María Eva Duhalde, hija de Eduardo y Chiche Duhalde, Juliana Duhalde, hija de Eduardo y Chiche Duhalde, Hugo Curto. exintendente de 3 de Febrero, Filomena Marta Burgo, esposa del exintendente de 3 de Febrero.
Todos fueron vacunados a pesar de que aún no se completó la inmunización del personal de salud, que para el gobierno eran prioritarios.
El doble discurso de Fernández se hace viral en las redes sociales: Lo que dijo ayer y lo que dice hoy
Lo grave es que nadie se adelantó en fila señor presidente, sencillamente no hubo fila. Los privilegiados ocuparon directamente el lugar de quienes tenían el derecho a vacunarse primero por ser población de riesgo.