Fiesta swinger clandestina en Mar del Plata: llegó la policía y los confundieron con strippers

Según precisaron fuentes policiales, las parejas tenían entre 40 y 50 años y señalaron que una mujer miró a uno de los policías y de manera sugestiva le dijo: “¡Qué lástima! Cuando los vi, pensé que había llegado el postre”

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El salón decorado para la fiesta swinger desarticulada por la policía

Una fiesta con más de 20 parejas swinger que se realizaba en una casa en el balneario Mar del Plata,  fue desarticulada por efectivos de la Inspección General Policía de Buenos Aires, por no contar con los requisitos y permisos sanitarios ante la pandemia de Covid-19.

Cerca de las 22 horas del viernes pasado y cuando las parejas estaban terminando la cena y esperaban los postres, para luego comenzar con los intercambios y el popular juego de “la cambiadita”, sonó el timbre de la puerta de calle y alguien gritó alborozado: “llegaron los strippers, llegaron los strippers”.

Pero no eran los desnudistas, era un comando policial que llegó al lugar alertado por una denuncia de una posible fiesta clandestina sin observar las medidas sanitarias impuestas.

Uno de los policías dijo a un medio argentino que  “Decidimos ingresar. Primero los hicieron los efectivos de la UTOI (Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas) de la Provincia junto a la patrulla municipal. Cuando nos vieron, pensaron que éramos parte del show, que éramos strippers”, relató.

Una de las mujeres que participaba del evento se dirigió a una policía femenina, pensando que sería parte del espectáculo, y le murmuró: “¡Mirá los ojos que tenés. Me re calentás!”.

Según precisaron fuentes policiales, las parejas tenían entre 40 y 50 años y señalaron que una mujer miró a uno de los policías y de manera sugestiva le dijo: “¡Qué lástima! Cuando los vi, pensé que había llegado el postre”.

“Sabíamos que la temática era esa porque nos llegó un video que mostraba la organización de la fiesta”, precisó una fuente judicial al medio Norte, quien informó que al parecer, una discusión entre los organizadores generó que una tercera persona quedara fuera del evento y, despechada, denunció la reunión y su carácter peculiar.

Los asistentes a la fiesta se entregaron sin oponer resistencia. Admitieron que no contaban con los permisos para realizar el encuentro