La Policía Nacional de España informó que desarticuló una red criminal formada por ciudadanos de “origen sudamericano” quienes se dedicaban a la trata de seres humanos con fines de explotación laboral en las provincias de Córdoba y Sevilla. Esta organización estaba formada tanto por empresarios que utilizaban sus sociedades, como por manijeros que estaban a pie de trabajo imponiendo las difíciles condiciones laborales y lucrándose de esa situación.
En este sentido se informó que tras una extensa investigación, iniciada a principios de 2020, se logró dar con los primeros indicios de este delito que involucra “alta de manera fraudulenta a los trabajadores en la Seguridad Social para lograr beneficios y prestaciones, además de explotación laboral, falsedad documental, delitos contra la Seguridad Social, contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y favorecimiento de la inmigración clandestina”.
Ante esto se conformó un operativo policial que logró la captura de 29 personas, sin especificar la nacionalidad de procedencia. Los delincuentes captaban ciudadanos extranjeros para explotarlos en distintas campañas de trabajo bajo condiciones mínimas, interminables jornadas sin comida ni agua y cobrando cantidades muy por debajo de lo estipulado.
“Las víctimas acudían a España bajo la promesa de un trabajo digno y de unas condiciones de vida prósperas, pero los miembros del grupo aprovechaban su vulnerabilidad y su situación de necesidad para someterlos a durísimas condiciones laborales”, destacó la Policía española.
La red criminal llevaba a los migrantes a diversas fincas para trabajar en labores relacionadas con la agricultura, transportando hasta 15 personas en vehículos aptos para ocho personas, utilizando incluso el maletero. De la misma forma los trabajadores eran expuestos a condiciones laborales extremas durante los meses de julio y agosto cuando se encuentra en pleno apogeo el verano español con temperaturas superiores a los 40 grados.
“A pesar de las elevadas temperaturas durante los meses de julio y agosto en las provincias de Córdoba y Sevilla, trabajaban en muchas ocasiones desde el mediodía hasta la puesta del sol, sin acceso ni siquiera a agua, por lo que algunos de ellos acababan sufriendo desvanecimientos, insolaciones o situaciones de deshidratación”, detalló.