Evo Morales se negó siempre a dar paso a otros dirigentes de su partido, el MAS, para que pudieran ser candidatos a la presidencia de Bolivia. Terriblemente ególatra y absolutista, jamás permitió crecer a quien podría hacerle sombra en las líneas del gobierno.
Siempre quiso eternizarse en el poder y para ello apeló a todo- lo legal y lo ilegal- como cuando fingió aceptar el resultado del referéndum constitucional de febrero de 2016 (que el propio Morales convocó) y que lo inhabilitaba para volver a presentarse nuevamente como candidato a la presidencia de Bolivia, pero que con la complicidad del Tribunal Constitucional y en forma ilícita en 2017 logró anular el voto soberano del pueblo que le dijo NO en las urnas y consiguió ser otra vez – en forma fraudulenta – postulante a la primera magistratura.
Evo Morales solo admitió a su lado al eterno candidato a la vicepresidencia, Álvaro García Linera, que con su obsecuencia siempre aceptó permanecer a la sombra del presidente indígena.
Pero hoy, Luis Arce, exministro de Economía de 57 años y enormemente mejor preparado que Morales, es otra cosa, fue el artífice de varios logros económicos del gobierno de Evo y la salida del expresidente del poder, por su fraude electoral, le dio la oportunidad al economista Arce de ser candidato y ganar; algo impensado con Morales en el país, porque nunca este se lo habría permitido.
Hoy Morales, condenado a un segundo lugar en la historia de Bolivia, trata de aparecer en los medios para recoger alguna migaja de consideración y dijo en una conferencia de prensa desde Argentina que si Estados Unidos quiere retomar las relaciones “bienvenido, pero que nos respete, que respete la dignidad y la soberanía del pueblo boliviano”.
Morales dice que planea regresar a Bolivia, asegurando que no aspira a cargo alguno en la nación. Afirma que pretende “volver a ser agricultor o pequeño productor”, pero muy pocos le creen, mientras continúan los procesos judiciales por las irregularidades durante sus gobiernos y la denuncia por pedofilia por su larga relación con una menor de 14 años iniciada tiempo atrás.
Queda por saber si Luis Arce se deja influenciar por el fundamentalismo de Evo Morales o gobernará por su cuenta. Ya sucedió en Ecuador, cuando Lenin Moreno no aceptó ser un títere en las manos de Rafael Correa y gobernó sin aceptar imposiciones.
Por lo pronto Arce se alejó de su mentor al señalar que Morales no ocupará ningún cargo en el nuevo gobierno, aseguró el martes el virtual ganador de las elecciones presidenciales de 2020.
“No va a tener ningún rol en nuestro Gobierno”, dijo Arce en una entrevista exclusiva con Reuters en la sede del MAS en La Paz.
Arce fue categórico en cuanto al papel de Morales: “Él puede venir al país el rato que quiera, porque es boliviano (…). Pero en el Gobierno yo tengo que decidir quién entra y quién no entra”, añadió.
Como les molesta a los obsecuentes al fraude del acusado de pedofilia que se hable de las ilegalidades de Morales
Qué tendencioso y anti evo que se muestran. No hubo fraude e instalaron una dictadura.
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