Uruguay: otros cinco detenidos por la explotación sexual de mujeres cubanas y venezolanas

En las últimas horas fueron formalizadas otras cinco personas, una mujer uruguaya y dos ciudadanos cubanos, (un hombre y una mujer) - imputados los tres por el delito de tráfico de personas- y dos policías por el delito de omisión de denuncia de los hechos

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Fiscalía General Uruguay

El caso de explotación sexual de mujeres extranjeras descubierto en junio pasado en la localidad de Guichón (Paysandú), donde se formalizó a la propietaria de la whiskeria en la que trabajaban inmigrantes cubanas, venezolanas e incluso dominicanas, ha sumado un nuevo episodio con la formalización en las últimas horas de otras cinco personas, una mujer uruguaya y dos ciudadanos cubanos, (un hombre y una mujer) – imputados los tres por el delito de tráfico de personas- y dos policías por el delito de omisión de denuncia de los hechos.

La Fiscalía Penal de Montevideo de Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y Violencia Basada en Género de 4° turno, a cargo de la fiscal Sylvia Lovesio, imputó a cinco personas en el marco de la “Operación Minkar” y solicitó la prisión preventiva por 180 días para las personas imputadas por trata, mientras continúa la investigación. Para los funcionarios policiales se solicitaron medidas limitativas como la fijación de domicilio, la imposibilidad de salir del país y de contactarse con las víctimas, por el mismo plazo.

El drama que explica el Ministerio Público sobre las extranjeras explotadas

la Fiscalía interviniente revela que las mujeres eran captadas en varios casos a través de páginas de redes sociales explica un drama social preocupante sobre la trata de personas:

Las jóvenes, quienes eran en su mayoría de origen cubanas y zona caribeña, eran trasladadas al negocio en Guichón (por los ahora formalizados) a cambio de alojarse en la whiskeria de la imputada quien cobraba $1200 por atención sexual de 30 minutos, dándole la llave de la habitación a las chicas una vez que el cliente pagaba, de los cuales ella se quedaba con $200 y al final de la noche las victimas percibían $1000 por cliente. Asimismo cada una de las jóvenes debía abonar semanalmente $500 por concepto de agua y luz. Se obtenían ganancias de las copas que los clientes invitaban a las mujeres, la suma de $80 pesos por copa.

Como llegaron a Uruguay

La fiscalía uruguaya relata que “La situación de vulnerabilidad de las victimas llega al extremo que las mismas, mayoría extranjeras que tuvieron un largo y penoso recorrido para ingresar solas al país como refugiadas, vía terrestre, escapando en algunos casos de la pobreza y estado de necesidad de sus países, dejando sus familiares, incluso sus hijos menores de edad y enfermos en busca de trabajo en nuestro país para poder enviarle dinero para su subsistencia. Las mismas hicieron el recorrido Guyana, Brasil, frontera con Uruguay, Montevideo hasta ser captadas por los indagados hasta el Departamento de
Paysandú. Incluso algunas debieron cruzar caminando Brasil demorando muchos días en llegar a nuestro país.
Esa vulnerabilidad se hace mas visible por el hecho ser mujeres, extranjeras, solas y que si bien hablan castellano y se desempeñaron por cortos periodos en otros trabajos (empresas de limpieza, restaurantes, residenciales, panaderías) con la motivación de conseguir la documentación uruguaya, perdiendo incluso dichos trabajos por no tener documentación, por no conocer palabras, expresiones y modismos de nuestro país y también por la situación de emergencia sanitaria del país desde el día 13 de marzo de 2020.
Lo que constituye un grupo social de riesgo”, explica el Ministerio Público.

La versión de las ciudadanas extranjeras: “Estamos ahí porque queremos” 

El 12 de junio pasado cuando fue detenida y  formalizada la dueña de la whiskería de Guichón, los medios de prensa uruguayos lograron declaraciones de las extranjeras que trabajaban en el establecimiento e incluso varias de ellas se presentaron ante la Fiscalía en Montevideo portando pancartas en defensa de “Miriam” la propietaria ahora imputada.

Las trabajadoras sexuales aseguraron que trabajaban allí por su propia voluntad, porque al llegar a Uruguay, vieron que nada era como se decía y decidieron esta forma de ganarse la vida.

En un video que difundió Subrayado, dos de estas trabajadoras sexuales expresan que: “Miriam, a nosotros no nos tiene ni secuestradas, ni obligadas, ni nos explota sexualmente. Todas estamos ahí porque queremos estar”, afirmó una de las mujeres.

Aseguró que llegaron a Uruguay con expectativas, buscando una mejor calidad de vida, pero la realidad fue otra, “remotamente nada de lo que nos pintan”, y “no nos queda de otra que meternos a prostituta” para pagar sus cuentas y para el sustento de sus familias.

“Miriam, con nosotros, ha sido muy buena. Realmente no tenemos ningún tipo de queja sobre ella (…) Nosotras estamos ahí, porque queremos estar”, reiteró.

Las mujeres sostienen que la dueña de la whiskería las ayuda, las cuida y las trata como parte de su familia. “Ella, para nosotros, ha sido como una madre”, subrayan.

https://twitter.com/Subrayado/status/1271137935723724801