R.C. Gómez (del equipo de ICN Investiga).-
Un tribunal venezolano del régimen chavista condenó el viernes a 20 años de prisión a dos estadounidenses acusados de participar en una presunta y fallida incursión armada para derrocar al gobierno en disputa de Nicolás Maduro, pero las dudas son varias y si hacemos un simple análisis de los hechos todo parece, un escenario montado para cumplir un determinado fin.
Los norteamericanos Luke Denman y Airan Berry fueron sentenciados por un tribunal del régimen venezolano por delitos de conspiración, asociación, tráfico ilícito de armas de guerra y terrorismo.
Existe una premisa muy clara que tanto sirve para los espías, los infiltrados o en este caso mercenarios que actuaron en la presunta “invasión” a territorio venezolano y pasamos a explicarla.
Un agente secreto que pretende infiltrarse en determinado país, o en este caso un grupo de mercenarios, deben guardar ciertos recaudos que en este hecho puntual no se observaron.
Fueron a intentar invadir Venezuela llevando entre sus pertenencias documentos identificatorios, registros personales de su actuación como ex boinas verdes, tarjetas de crédito y hasta licencias de conducir.
En estas actividades clandestinas, previamente se quitan de la ropa hasta las etiquetas de las marcas de la vestimenta para no revelar o dar pistas del lugar o país de donde vienen, pero aquí fue todo lo contrario, llevaban más documentación de lo posible para que los identificaran si llegaban a ser capturados como finalmente ocurrió. A estos mercenarios sólo les faltó llevar una gigantesca pancarta con la leyenda: “Born in the U.S.A.”.

Según la información difundida, detrás de la incursión fracasada estaría la empresa de seguridad privada Silvercorp USA, con sede en La Florida, EEUU, y que fue creada en 2018.
Luego del “escándalo” en los medios, Silvercorp, eliminó su página web y ya no es posible acceder a ella.
Quién es quién
La información revela que el dueño de Silvercorp, Jordan Goudreau (nacido en 1976) es un mercenario canadiense- estadounidense que sirvió anteriormente en las Fuerzas Armadas Canadienses y las Fuerzas Especiales del Ejército de EEUU.
Después de terminar la universidad, Goudreau integró las Fuerzas Armadas Canadienses , pero deseaba alistarse en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos porque buscaba una carrera militar más desafiante. Se mudó a Washington, DC y se alistó en el ejército de los Estados Unidos unos meses antes de los ataques del 11 de septiembre en la ciudad de Nueva York , alcanzando finalmente el rango de Sargento de Primera Clase en el 10º Grupo de Fuerzas Especiales.
La documentación muestra que Goudreau enfrentó meses de combate mientras estaba desplegado y sufrió una conmoción cerebral y lesiones en la espalda durante un accidente de paracaidismo en agosto de 2014. Luego de este incidente, se le concedió la jubilación médica en 2016, recibiendo pagos por discapacidad después de salir del militar. Tras su jubilación, Goudreau se convirtió en ciudadano estadounidense naturalizado.
En febrero de 2019, Silvercorp brindó servicios de seguridad en Venezuela Aid Live , lo que resultó en que Goudreau dirigiera su atención a Venezuela. Según Drew White, un ex socio comercial de Silvercorp, Goudreau vio una oportunidad para derrocar a Maduro cuando la administración Trump se centró en sacar a Maduro del poder.
Goudreau finalmente se reunió con funcionarios del líder opositor venezolano Juan Guaidó en octubre y noviembre de 2019, donde habrían llegado a un acuerdo inicial sobre los planes para una operación armada en Venezuela para capturar a Maduro, pero las dos partes supuestamente se separaron después de desacuerdos.
El 3 de mayo de 2020, Goudreau publicó un video junto al ex oficial de la Guardia Nacional Venezolana (GNB) Javier Nieto Quintero, reivindicando la responsabilidad de una incursión armada en territorio venezolano por “tierra y mar”, que dijo que se llamó “Operación Gideon”, que involucró 60 soldados, incluidos dos ex miembros de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos . Goudreau dijo que buscó el respaldo del gobierno de Estados Unidos para su operación, pero afirma que no tuvo éxito. El gobierno venezolano dijo que las fuerzas de seguridad habían frustrado una “incursión marina” de “mercenarios terroristas” de la vecina Colombia en el estado de Vargas , matando a ocho personas y capturando a otras dos. Televisión estatal mostró imágenes de armas capturadas, documentos y uniformes con una bandera estadounidense.
Goudreau y Javier Nieto Quintero, identificado como capitán retirado del ejército venezolano, publicaron un video el mismo día reivindicando la responsabilidad del ataque. Al día siguiente, Goudreau afirmó que dos de los hombres capturados eran ciudadanos estadounidenses, Airan Berry y Luke Denman, ambos ex boinas verdes, fueron capturados en su bote tipo “peñero” por un pescador. El líder opositor Juan Guaidó ha negado cualquier vínculo con la operación, según un informe que se subió hasta en Wikipedia, como para que nadie desconociera las revelaciones las propietario de Silvercorp.
Desde luego que todo esto, documentos y el escaso armamento mostrado por el propio Maduro en televisión, sirvieron para que el régimen chavista denunciara que detrás del desprolijo operativo estaba Estados Unidos, algo que el gobierno de Trump ha negado.
Por eso, las dudas de varios expertos en inteligencia se centran en que se les pudo haber presentado a los opositores al chavismo un plan de invasión previamente condenado al fracaso para que Maduro, luego de las capturas, lo mostrara al mundo.
No hay que olvidar que detrás de todo el aparato militar de Venezuela, están los servicios de inteligencia cubanos, asesorando en todo lo relativo a planes de respuesta y acción.
Todo resultó muy conveniente para los intereses chavistas que terminaron presentando un caso de “invasión marítima” que hacía agua por todos lados.