Todo se precipitó, la aparición del técnico holandés Ronald Koemen, imponiendo despidos de jugadores con un estilo prepotente y la poco ortodoxa forma por teléfono en que le comunicó a Luis Suárez que no lo tendría en cuenta, marcó un antes y un después en filas del FC Barcelona.
Ahora Leo Messi, que mantuvo una charla con el entrenador Koemen donde ya le había anticipado que se sentía más fuera que dentro del equipo, ha enviado un burofax a la directiva del Barça para informar que se acogerá a una cláusula que le autoriza a rescindir unilateralmente su contrato al final de cada temporada. La decisión del argentino es irreversible.
Para el Barça dicha cláusula expiraba el 10 de junio, por lo que su precio en el mercado sería de 700 millones.
La decisión de marcharse es definitiva. El Barça confirmó que ha recibido el burofax del jugador y ha respondido con otro en el que le pide que continúe en el club y que termine su carrera deportiva en el equipo.
A favor de Messi de que pueda hacer valer esa cláusula donde queda liberado sin costo de su contrato este año, expiraba el 10 de junio cuando terminaba la temporada, pero debió extenderse automáticamente por efectos de la pandemia y por lo tanto los plazos se corrieron y en eso se basa el pedido de rescisión del 10 argentino.
Para muchos el futuro de equipo blaugrana, es incierto bajo la conducción de Koemen que se le reconoce un gran pasado como jugador, pero no así como entrenador donde sus logros han sido escasos.
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