El Vaticano pide que la vacuna del Covid-19 sea accesible para todos como derecho humano universal

La Pontificia Academia para la Vida pide "esfuerzos mundiales y cooperación internacional" para que sea reconocido como un “derecho humano universal”, “el acceso a una atención de salud de calidad y a los medicamentos esenciales”.

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El Papa Francisco

La Pontificia Academia para la Vida (PAV) ha elaborado un documento, el segundo después del del 30 de marzo pasado titulado “Pandemia y hermandad universal”- dedicado a la emergencia mundial a raíz del virus Covid-19. El texto comienza con una pregunta: de la pandemia “¿Qué lecciones hemos aprendido? Más aún, ¿qué conversión de pensamiento y acción estamos dispuestos a experimentar en nuestra responsabilidad común por la familia humana?” A la primera pregunta, la Pav responde con “la lección de la fragilidad” que toca a todos, pero sobre todo a los hospitalizados, a los prisioneros, a “los abandonados destinados al olvido en los campos de refugiados del infierno”. Pero al mismo tiempo, otra lección ha resultado de esta enseñanza: la conciencia de que la vida es un regalo. Y más aún: la pandemia nos ha hecho comprender que todo está conectado y que “la depredación de la tierra”, las opciones económicas basadas en la avaricia y los consumos excesivos, “la prevaricación y el desprecio” de la creación también han tenido consecuencias en la propagación del virus, según narra Isabella Piro de Vatican News.

El virus no conoce fronteras, unir fuerzas para encontrar la vacuna

También debe prestarse más atención -reitera la Academia- a “la interdependencia humana y a la vulnerabilidad común”, porque mientras los países “han sellado sus fronteras”, algunos incluso practicando “un cínico juego de culpas recíprocas”, el virus “no reconoce fronteras”. De ahí el llamamiento a “una sinergia de esfuerzos” para intercambiar información, prestar ayuda y asignar recursos. Hay que hacer un esfuerzo especial en el desarrollo de remedios y vacunas: en este ámbito, de hecho, “la falta de coordinación y cooperación se reconoce cada vez más como un obstáculo para abordar el Covid-19”. Mientras tanto -continúa Pav- la pandemia ha ampliado aún más la brecha entre los países ricos y pobres que han pagado “el precio más alto” porque ya carecen de recursos básicos y a menudo están plagados de otras enfermedades letales, como la malaria y la tuberculosis.

La atención de la salud es un derecho humano universal

¿Qué hacer, entonces? En primer lugar, el documento recuerda la importancia de la “ética del riesgo”, que comporta responsabilidades específicas hacia las personas cuya salud, vida y dignidad corren mayores riesgos. De hecho, “centrarse en la génesis natural de la pandemia, sin tener en cuenta las desigualdades económicas, sociales y políticas entre los países del mundo, – explica la nota – es no entender las condiciones que hacen que su propagación sea más rápida y difícil de abordar”. En segundo lugar, la PAV pide “esfuerzos mundiales y cooperación internacional” para que sea reconocido como un “derecho humano universal”, “el acceso a una atención de salud de calidad y a los medicamentos esenciales”.