¿Quién gobierna en España, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias?

Iglesias cuestiona al Poder Judicial español y Sánchez calla y otorga. Nunca fue el hombre fuerte que decía ser; era un débil con ansías incontenibles de poder

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (Foto Moncloa)

Qué Pablo Iglesias, el líder de Podemos sea el Vicepresidente Segundo del Gobierno español y Ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, es una de las circunstancias más problemáticas para España, porque el podemita, admirador de Chávez y de Maduro, como el mismo lo confiesa, no es para nada una garantía de pensamiento democrático, porque su totalitarismo le sale por los poros y no lo puede evitar.

Con un presidente del Gobierno como Pedro Sánchez que entregó todo para acceder a La Moncloa, sin importar el lastre que le imponía a los ciudadanos al acordar con Iglesias, luego de decir que jamás pactaría con populistas como lo es Podemos, porque “el fin del populismo es la Venezuela de Chávez”, dijo Sánchez en septiembre de 2014 en una entrevista en Antena 3, donde agregó: “Porque el final del populismo es la Venezuela de Chávez, la pobreza, las cartillas de racionamiento, la falta de democracia y, sobre todo, la desigualdad”, enfatizó.

Más cercano en el tiempo, Pedro Sánchez dijo a fines del 2019, algo que lo deja a la intemperie y demuestra su escaso discernimiento al referirse a que nunca pactaría con Iglesias: “El problema de un Gobierno de coalición sería que tenía que haber aceptado que el ministro de Hacienda, el ministro de la Política Energética o el ministro que se encarga de las pensiones en nuestro país fuera del círculo cercano y de confianza del señor Iglesias con poca experiencia política o de gestión pública. Yo sería presidente del Gobierno, y tengo que reconocerle que sería un presidente del Gobierno que no dormiría por la noche, junto con el 95% de los ciudadanos de este país que tampoco se sentirían tranquilos”, dijo.

Luego de pactar con Pablo Iglesias, el podemita es quien impone sus reglas y Sánchez acata, dice que el PSOE gobierna, pero la realidad muestra otra cosa; Sánchez aparece como presidente pero no manda.

Iglesias cuestiona al Poder Judicial español y Sánchez calla y otorga. Nunca fue el hombre fuerte que decía ser; era un débil con ansías incontenibles de poder.

Fácilmente manipulable, hoy no sabe donde está parado y cada paso que da es otro problema para el país, al que se agrega el totalitarismo de Podemos que para nada ayuda a salir del laberinto, sino que coloca a España en una encrucijada que hunde a los ciudadanos en una cruel incertidumbre.

Ni en sus sueños más delirantes, Pablo Iglesias llegó a imaginar lo fácil que le sería llegar al Gobierno español, pero Pedro Sánchez le allanó el camino poder y Podemos, sin escaños suficientes y con solo arrimarle al desesperado socialista sus votos en el Congreso, junto a la abstención de los separatistas. El alumno de Hugo Chávez festeja mientras avanza para quedarse con todo lo que encuentra a su paso.

Las facturas a pagar por esta “ayuda” serán cuantiosas y ya se cobran, mientras Sánchez y el pasivo PSOE, creen que gobiernan.