La crisis de Covid -19 se ha apoderado de la vida de los ciudadanos del planeta, muchas personas se han visto envueltas en crisis de ansiedad, estrés y pánico, sin embargo, estas instancias deben ser gestionadas desde el cerebro antes de ver el precipicio por la ventanilla y dar paso a generar mayor empatía con el entorno familiar, al tiempo de impulsar mayor colaboración y solidaridad, pues la comprensión de las relaciones sociales y dependencias recíprocas son esenciales para la evolución de todos los seres humanos.
La pandemia mundial y el verdadero cataclismo social y económico que vive el planeta puede representar un verdadero espacio para la transformación del “ser”, la consciencia y los valores por medio del autoconocimiento, autogestión emocional, incremento de conciencia y el desarrollo personal a fin de que estos sean protagonistas de cambio y cocreadores de la realidad y de esta forma propiciar un escenario futuro donde los nuevos conocimientos e información sean un aporte real al desarrollo, evolución humana y social.
El psicólogo y profesor en el Instituto psicoanalítico de Salamanca, España, Matías Astroza nos entrega de forma exclusiva para ICNDiario algunas claves para gestionar mejor estas diferentes problemáticas que involucran a una gran parte de la sociedad, donde el miedo muchas veces toma un lugar especial en el escenario de la incertidumbre ante el fantasma del COVID-19. El cerebro tiene que ser un aliado estratégico en estos momentos de crisis, emergencia y confinamiento. Lograr una comprensión mucho más profunda de la realidad tanto interior como exterior de las personas toma un papel preponderante y dibuja un nuevo horizonte, descifrando lo que nos sucede. Esto aportará la tranquilidad necesaria para poder actuar y colaborar en servicio a los demás.
Periodista: ¿cómo la gente podría dominar la ansiedad del confinamiento?
Matías Astroza: La ansiedad es una respuesta fisiológica ante un miedo, tiene que ver con un recurso ancestral que nos anticipa una situación de peligro y nos prepara para luchar o huir. Por eso los síntomas ansiógenos derivan de la activación física (aumento del ritmo cardiaco, respiración y tensión muscular) y todas las dolencias y malestares que le secundan (dolor de cabeza, malestar gastrointestinal, dolores musculares, dificultad para respirar, etc.).
Dicho esto, es importante señalar que, ante la crítica situación de incertidumbre en la que nos encontramos, es completamente normal tener miedo y anticiparse a un escenario nada favorable. Sin embargo, es muy importante analizar si estos miedos son razonables y justificados, o si son desproporcionados. Para ello es fundamental informarse de manera consciente, a través de los canales oficiales y siempre contrastar la información que recibimos para comprobar que no se trate de bulos o “fakenews”. También es muy importante dedicar una cantidad limitada de tiempo al día a informarnos, invirtiendo el resto en realizar otras actividades que nos resulten gratificantes; de este modo, liberaremos nuestra mente del contenido negativo que conlleva la situación.
En segundo lugar, resulta útil identificar aquellas emociones que nos detonan la situación de crisis. Seguro que muchas de ellas no son las que denominamos como “positivas”, sin embargo tenemos que comprender que esto es completamente normal, y que la gran mayoría de la gente siente emociones similares. Esto es lo que se conoce como identificar y normalizar.
Una vez realizados estos ejercicios, contamos con una herramienta que utilizo y en la que suelo insistir mucho con mis pacientes. Por lo general olvidamos que uno de los procesos físicos más básicos, y que nos mantiene con vida, es la respiración. La respiración regula la activación física, y si la controlamos, controlamos la ansiedad. Para ello recomiendo pararse 5 minutos al día y poner atención si respiramos de manera adecuada y llenamos bien nuestros pulmones.
Periodista: ¿a qué segmento de la población afecta más este proceso a niños, adultos o anciano u otros colectivos?
Matías Astroza: Creo que pocas veces en la historia nos hemos enfrentado a un problema tan universal, y por este motivo, pienso que afecta a todos los sectores de la población.
Las estrategias que utiliza cada colectivo son diferentes en función de los recursos que tienen por su desarrollo evolutivo. Quizás a un niño no le podemos pedir que tenga un total entendimiento de este problema ya que, dependiendo de la edad, tendrá mayor o menor capacidad de comprenderlo. Lo mismo sucede con otros colectivos como personas con discapacidad intelectual o adultos mayores con deterioro cognitivo. Lo importante que su entorno familiar se pueda adaptar a ellos y crear conciencia en la medida de lo posible. Por ejemplo, a un niño se le puede explicar la magnitud del problema a través de un cuento, así concienciar y motivar a colaborar. Lo importante es que comprendan que todos juntos tenemos que poner de nuestra parte para salir de esta situación.
Periodista: ¿crees que existe este miedo en la población, y cómo debemos actuar frente al miedo colectivo?
Matías Astroza: Como señalaba antes, creo que es importante adaptar la información que entregamos a cada sector de la población en función de las diferencias evolutivas y de personalidad. Si conseguimos que cada actor de la sociedad comprenda la magnitud del problema, y la importancia de las acciones individuales para combatir la crisis, cada uno pondremos de nuestra parte y saldremos de esto con los menores daños posibles.
Periodista: ¿cuál crees que será la principal secuela a nivel psicológico y de salud mental de la población después que pase esta pandemia?
Matías Astroza: En relación a esto tengo una visión bastante más optimista. Creo que todo esto nos servirá, en primer lugar, para ser conscientes de todo aquello que tenemos y que nuestra frenética rutina no nos deja ver. Sin duda esto nos quitará gran parte del velo con el que funcionamos, valorando ciertas cosas que son fundamentales como la salud o los lazos familiares. Estoy convencido de que al salir de esto, abrazaremos con mucha más fuerza a nuestros padres, hermanos o amigos. Apreciaremos mucho más las relaciones y, como cualquier situación de crisis, nos fortalecerá.
Periodista: ¿somos egoístas o desarrollamos la empatía en este estado de crisis?
Matías Astroza: como ya hemos visto en gran parte de la información que nos llega a través de las redes, estas situaciones de crisis sacan lo mejor de algunos y lo peor de otros. La empatía y la compasión son recursos mucho más evolucionados, que solemos encontrar en personalidades más sanas. El egoísmo, que quizás resulta un tanto común en sociedades de mercados y competitividad como la nuestra, corresponde a comportamientos un tanto más desajustados. Esto se debe a que el desarrollo evolutivo de la personalidad suele ir desde el narcisismo más primario, hasta la empatía y compasión propia de personalidades mucho más desarrolladas.
Desde este punto de vista, creo que es muy importante entender la responsabilidad que tenemos las personas que contamos con un cierto grado de empatía. Es nuestro deber informar y ayudar comprender la importancia del pensamiento colectivo a aquellos que se comportan de manera más egoísta. Sólo de este modo, y no desde la ira o el enfado, contribuiremos a equilibrar la balanza.
Matías Astroza Rodríguez es: Psicólogo por la universidad de Salamanca, España, además de Psicoanalista y terapeuta en grupo Quipú de psicoterapia; socio titular y profesor en el Instituto psicoanalítico de Salamanca, España. http://crecimientomadrid.blogspot.com
Periodista ICNDiario: Andrés Fredericksen