Informe especial: La trama secreta de la escala de Delcy Rodríguez en España

El plan, que fue revelado a este medio por una alta fuente de Caracas, que pidió mantener por razones obvias el anonimato, consistía en poner en aprietos al gobierno de Sánchez ante la UE por reconocer a Guaidó y si detenían a Delcy Rodríguez, en su escala en Madrid, el chavismo quería victimizarla y presentarla como una mujer sola enfrentada a la intolerancia de España

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Aeropuerto de Barajas, Madrid (Foto: ICN Diario)

Hay dos cosas que Delcy Rodríguez, la vicepresidenta del régimen chavista adora y son vitales en su vida; una es vestir ropas de marcas costosas, mientras el pueblo venezolano pasa miserias y la otra es generar conflictos internacionales en donde sea para victimizar a la dictadura de Nicolás Maduro. Ya lo hizo en Buenos Aires cuando se realizó una cumbre del Mercosur donde Venezuela estaba suspendida del bloque y Rodríguez montó un escándalo en la puerta de la cancillería argentina pretendiendo entrar a la fuerza.

El plan de su escala en el aeropuerto de Barajas en el viaje a Turquía, fue una estrategia debidamente estudiada y preparada para poner en aprietos al gobierno de Pedro Sánchez por su decisión de reconocer a Juan Guaidó. Una suerte de venganza ideada desde los servicios de inteligencia del chavismo.

El plan, que fue revelado a este medio por una alta fuente de Caracas, que pidió mantener por razones obvias el anonimato, consistía en que si detenían a Delcy Rodríguez, en su escala en Madrid, el chavismo quería victimizarla y presentarla como una mujer sola enfrentada a la intolerancia de España.

Vale recordar que en su primera declaración -luego cambió varias veces las versiones -el ministro español de Transportes, José Luis Ábalos, dijo que había ido al aeropuerto de Barajas a recibir a su amigo el titular de Turismo de Venezuela, Félix Plasencia, que llegaba en un jet privado procedente de Caracas y que allí su colega le había pedido que saludara a la vicepresidenta chavista que estaba en el avión a lo que Ábalos accedió.

Después vinieron las diferentes versiones del funcionario español: “que no sabía que la vicepresidenta estaba en la aeronave”, “que subió a explicarle que no podía entrar en territorio Schengen”, “que solo la vio una vez” aunque luego se comprobó que Ábalos mantuvo otra entrevista con la chavista en una sala VIP de la compañía Sky Vallet, donde Delcy Rodríguez le habría planteado ir a un hotel y otra serie de versiones.

Según nuestra fuente, la versión primaria de Ábalos se cae por su propio peso: ¿Qué amigo – en este caso Félix Plasencia-  dejaría llegar al aeropuerto a un funcionario del gobierno español a recogerle, sin avisarle previamente que viajaba con tal comprometedora compañía?. Un simple mensaje de texto al momento de partir desde Caracas habría sido suficiente, explica la fuente, y no dejarle frente al hecho consumado.

Por su parte, según informa el diario El Mundo, la embajada de España en Caracas conocía que en el jet privado viajaba Plasencia, pero no la vicepresidenta de Maduro, según reconoció a Europa Press. Posteriormente, Ábalos aseguró en La Sexta que recibió una llamada del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la que le explicaba que la embajada sí había detectado la presencia de Rodríguez y que así se lo había trasladado a la ministra Arancha González Laya. Fuentes del Ministerio de Exteriores ratifican que recibieron la alerta cuatro horas antes del aterrizaje.

Pero lo que también despierta suspicacias es que si bien el Gobierno de España, reconoce a Juan Guaidó como presidente interino, tenga tantas consideraciones con una integrante del régimen chavista, advirtiéndole que si salía de las zonas internacionales del aeropuerto sería detenida, por las sanciones de la UE que pesan sobre la dictadura de Maduro y sus funcionarios.

No deja de ser contradictorio que Ábalos reciba a un representante de Maduro, lo vaya a buscar a Barajas, convalidando así la presencia de Félix Plasencia, para dirigir en Fitur el stand turístico presentado por el régimen de Maduro, cuando el gobierno de Sánchez no lo reconoce.

En definitiva, si Delcy Rodríguez buscaba poner en apuros al gobierno español lo consiguió, porque a varios día de su escala en Madrid la controversia y las “explicaciones” no cesan y desde La Moncloa, tratan de apagar el incendio sin lograrlo y el fuego se sigue avivando.