Pedro Sánchez no gobierna, todo parece estar condicionado a lo que diga su socio Pablo Iglesias y su filosofía chavista, que aprovecha la debilidad del socialista para actuar a sus anchas.
Las pruebas son tan evidentes y los papelones que se suman dan cuenta de un Sánchez entregado a lo que le imponen quienes- con su voto o su abstención- posibilitaron llevarlo a La Moncloa; Unidas Podemos y los partidos separatistas, ERC y EH Bildu, agrupaciones con las que Sánchez, dijo una y otra vez jamás pactaría.
La actitud radical de Pedro Sánchez de no entrevistarse con el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, reconocido oficialmente por el propio Gobierno de España y por la Unión Europea, es otra pieza del eslabón de errores que se agrega al escándalo protagonizado por el ministro de Transportes de España, José Luis Ábalos, quien se reunió de madrugada en Barajas con la vicepresidenta de la dictadura de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, uno de los 25 venezolanos sobre los que pesa la prohibición de ingreso en territorio Schengen, por violación de los derechos humanos y corrupción.
Las explicaciones sin sentido de Ábalos, diciendo primero una cosa y luego dando varias distintas justificaciones que por lo descabelladas nadie cree.
Envalentonados por la forma de actuar de Pedro Sánchez, arremetiendo contra todo, sus funcionarios se vuelven intolerantes y Ábalos dice “Yo vine para quedarme y no me echa nadie”, en relación a las críticas por su encuentro con la impresentable chavista Dalcy Rodríguez.
Ábalos agrega: “Yo estoy en esto desde el año 76, no estoy en una aventura” y expresa sobre el PSOE: “Lo que tratan de atacar son unas siglas de 140 años de honradez”. Uno imagina que el ministro de Transporte, no recuerda casos recientes de corrupción como los ERE de Andalucía y el caso Marea en Asturias, entre algunos otros, como el caso donde La Fiscalía Anticorrupción de España acusa al ex embajador de Zapatero en Venezuela, Raúl Morodo, de haberse repartido con su hijo y otros dos socios 35 millones de euros procedentes del saqueo de la petrolera estatal venezolana PDVSA.
El conflicto diplomático de los policías españoles intentando entrar encapuchados en la embajada de México en Bolivia, por lo cual fueron expulsados, es otra prueba de los desatinos de un gobierno socialista que navega sin rumbo y sin nadie que imponga orden en el mismo.
Tampoco queda claro que la dictadura chavista tenga un stand oficial en FITUR, en Madrid, cuando España, presuntamente, solo reconoce como presidente interino de Venezuela a Juan Guaidó y que Ábalos vaya al aeropuerto de Barajas a recibir al ministro de Turismo de Nicolás Maduro, más allá que diga es su amigo.
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Decir que el PSOE tiene 140 años de honradez es haber perdido el juicio, creo que el PSOE está desnortado. Tienen la corrupción más grande de Europa, tanto en número de imputados, como en dinero estafado con los ERE. Eso sí, lo tapan muy bien, son falsos y anuncian muy bien la corrupción de los demás. Pero ahora es algo distinto, hablamos de una corrupción de mentiras, de reuniones clandestinas con dictadores bananeros, invasión de territorio extranjero y casi de embajadas mediante Geos armados, pasamontañas y pasaportes falsos. Una corrupción de no dar explicaciones a los españoles que sean convincentes y no decir tonterías. Me parece un partido nefasto y dañino para España.
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