En las imágenes se ve cómo una avioneta privada de dos motores se aproxima a una pista de aterrizaje en la que le espera un camión de bomberos. Como su tren de aterrizaje delantero se había quedado atascado y no se había desplegado, el piloto optó por apagar los motores y prevenir así un posible incendio al tocar tierra.
Como los motores no funcionaban, tuvo menos control de la velocidad de descenso, aunque aun así logró aterrizar con el menor percance posible. Tras derrapar varias decenas de metros, la avioneta se paró. Afortunadamente, en esta ocasión el camión de bomberos no tuvo que entrar en acción.
Fuente: Sputnik