Editorial: 2.699.877 votantes elegirán en Uruguay entre el cambio o el continuismo ya desgastado

Balotaje en Uruguay donde se elige el presidente que gobernará los próximos cinco años

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Foto ICN Diario

Con una marcada tendencia al cambio, los uruguayos van este domingo 24 de noviembre a las urnas en el balotaje que decidirá quien gobernará el país en los próximos cinco años.

Como nunca antes en los tres mandatos consecutivos de gobierno izquierdista del Frente Amplio, la posibilidad de una derrota electoral es cierta. La grave crisis en la inseguridad que no pudieron combatir y que ha permitido el crecimiento de la delincuencia y la impunidad, con cifras espeluznantes en homicidios de inocentes y robos con violencia en constante aumento, han provocado el vuelco en las intenciones de votos de los ciudadanos.

También los inocultables casos de corrupción en la izquierda uruguaya es otro factor que está presente y ayudará a resolver la elección.

La renuncia en la actual administración del vicepresidente del país, Raúl Sendic y su posterior procesamiento penal por corrupción, ligada al caso de la petrolera estatal ANCAP, lo convierten en un hecho delictivo único en la historia del Uruguay, donde un mandatario renuncia en el ejercicio de sus funciones.

El escandaloso caso de la subasta de los aviones de la aerolínea estatal Pluna, durante el gobierno de José Mujica, donde hubo conjunción del Estado con el cuestionado naviero argentino, Juan Carlos López Mena, dueño de Buquebus, es otro acontecimiento que ha hecho reflexionar a los uruguayos a la hora de definir el voto.

La construcción de la planta regasificadora que nunca se llegó a concretar y que le costó al país una suma astronómica en millones de dólares y hoy se pueden ver solo unos inútiles pilotes asomando en medio del río, ameritaron que recién ahora la ANP intime a la empresa al retiro de los mismos.

Los casos de los negocios oscuros con Venezuela, donde unos pocos se han visto beneficiados, es otra causa del declive del partido de gobierno.

El contrato secreto del Estado con la pastera finlandesa UPM, para la construcción de una segunda planta en Uruguay y que le costará al país millones de dólares en inversiones, deja en la población demasiadas dudas y el gobierno no informa del valor del gasto.

Los planes sociales de ayudas, que pagan todos los uruguayos con sus aportes al fisco, son otro factor de discordia, ya que no se exige una contraprestación a quien es ayudado, como trabajo o labores y las ayudas se eternizan y no resuelven el problema.

Dos candidatos, dos modelos de país

Daniel Martínez es el candidato del Frente Amplio y del continuismo y promete cambios- si gana- para combatir la inseguridad y subsanar, según dice, los errores cometidos, pero la gente piensa que si están hoy en el gobierno por qué no aplican ahora esos cambios que son de urgente necesidad, entre otros casos.

Desde el otro lado, hay ideas y planes concretos, donde el postulante de la oposición, Luis Lacalle Pou,  ha lanzado proyectos creíbles para desarrollar si obtiene el voto de la gente.

Por más que desde el oficialismo han intentado atacarlo con “fake news”, el candidato, no ha perdido la calma ni la compostura y ha obtenido -como nunca antes- el apoyo de los demás partidos de la oposición en una histórica coalición multicolor que ha dado sus frutos.

Lacalle Pou aseveró al referirse al hastío de la gente con el Frente Amplio a la vista de los resultados en la primera vuelta electoral: “El pueblo no perdió la capacidad de indignarse y revelarse pacíficamente y dijo: quiero sacudirle la modorra al gobierno y lo quiero cambiar” y agregó que el mensaje de la gente en la primera vuelta electoral; “No dijo que el cambio lo deposita en los hombros del Partido Nacional, o del Partido Colorado, el Partido Independiente, el Partido de la Gente o en Cabildo Abierto. Lo que dijo fue: tomen, ustedes que son distintos, pónganse de acuerdo, vamos a terminar con la verdad única”, puntualizó Lacalle Pou y logró los acuerdos entre los partidos opositores.

Pero además el líder opositor dijo verdades que los ciudadanos necesitaban escuchar desde una posición de humanista y no de político: “Siempre tuvimos presente de que el Uruguay que está ahí, por amanecer, ya no es un país de una sola verdad. El país que alumbra, es el país de muchas verdades. Es un país plural, es un país de consenso, es un país de diálogo. Se terminó el país que le ponemos en el medio un muro, y de un lado están los buenos y del otro están los malos”, aseguró Lacalle Pou.

 

 

 

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