“En Bolivia, manifestaciones violentas sin ningún tipo de limitación por parte de las fuerzas policiales, incendian viviendas y secuestran personas mientras las Fuerzas Armadas le “sugieren” al presidente indígena y popular Evo Morales que renuncie”, escribió la expresidenta en su cuenta de Twitter.
Luego, Cristina Kirchner, procesada en su país por delitos de corrupción, indicó que “en Chile, masivas movilizaciones durante semanas piden la renuncia del presidente neoliberal Sebastián Piñeira y las Fuerzas Armadas y policiales reprimen brutalmente. Lo de Bolivia se llama golpe de Estado… Si queremos vivir en paz, es hora de que haya pronunciamientos y, sobre todo, acciones claras en defensa de la democracia, independientemente de cuál sea la orientación política de los gobiernos que surgen de la voluntad popular”.
La exmandataria, no habla de que Evo Morales nunca podía ser candidato porque perdió el referéndum de febrero de 2016, donde el pueblo le dijo no a una nueva postulación, pero que luego de una manipulación con el Tribunal Constitucional, pude hacer lo que tenía prohibido por decisión popular.
Lo que no dice Cristina Kirchner
Evo Morales “ganó” con un fraude descomunal las elecciones y cuando lo descubrieron con pruebas irrefutables, habló de un golpe de Estado.
Evo Morales ordenó reprimir al pueblo que protestaba pidiendo por sus derechos avasallados.
Evo Morales recibió el no rotundo de las Fuerzas Armadas y de la Policía que se negaron a reprimir a los ciudadanos.
Evo Morales al encontrarse sin respaldo a sus tropelías, renunció. La mentira ya era insostenible.
En Bolivia no hubo un golpe de Estado, fue el pueblo el que movilizó conciencias para terminar con los atropellos y los fraudes de Evo Morales.
Evo Morales pagaba a militantes de su partido MAS, para que provocaran disturbios, como lo admitió un senador del oficialismo.
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