Fue detenido en la autopista paullese, en el área metropolitana de Milán, el conductor senegalés que había secuestrado un autobús de línea con 51 niños de segunda media a bordo, acompañados de dos profesores y un asistente.
En lugar de volver al instituto escolar, el hombre se dirigía hacia Milán, avanzando los primeros coches de servicio del arma, que aún eran capaces de ralentizar la marcha del pullman,
El secuestrador, que había atado a los niños con abrazaderas, extrajo un encendedor, amenazando con quemar el medio con la gasolina contenida en una lata; así que roció el habitáculo de líquido inflamable, comenzando las llamas.
Mientras dos Carabinieri lo entretienen, otros militares alcanzaron la parte trasera del autobús, forzando una puerta, rompiendo dos ventanas y sacando niños y acompañantes.
Algunos alumnos han reportado lesiones leves. Ahora están todos a salvo y fuera de peligro.
Según las declaraciones del secuestrador, su acción se debía a una protesta por la forma en que se trata a los inmigrantes que llegan a las costas europeas.
