
Las buenas intenciones que dicen tener México y Uruguay para propiciar un diálogo entre la oposición venezolana y el dictador Nicolás Maduro, ya de antemano se sabe que no llegarán a buen puerto y pruebas hay de sobra.
El tirano chavista solo busca ganar tiempo mientras sigue castigando al sufrido pueblo de Venezuela. La ahora tibia posición de la Unión Europea, desconcierta. Federica Mogherini conversa con Uruguay, según manifiesta el presidente Vázquez, para intentar acercar posiciones para un presunto diálogo.
El terrorismo de Estado que ejerce el régimen chavista es claro y solo un ciego en ideas, no logra verlo.
Todos los intentos anteriores de diálogo han fracasado por exigencias del régimen y los mediadores impuestos por el chavismo, como el cuestionado expresidente español Rodríguez Zapatero, simplemente daban vergüenza.
Maduro dinamitará cualquier principio de acuerdo que involucre restaurar los legítimos derechos robados a los venezolanos. La democracia está muerta y el tirano no será quien la reviva.
El sátrapa y su séquito han saqueado al país y planean seguir haciéndolo. No aceptarán elecciones libres y observadas por la comunidad internacional, porque no podrán volver a las trampas del fraude que lo llevó a su segundo mandato ilegítimo.
Lo que menos le interesa a la dictadura de Venezuela es un diálogo y la posibilidad de acuerdos con la oposición, que los llevaría a restaurar derechos hoy avasallados.
La presión internacional es por ahora, el único camino viable para restablecer la democracia en territorio venezolano.












