
Otra vez la violencia en el fútbol argentino logra suspender la final por el título de América que debía disputarse este sábado en Buenos Aires entre los equipos de River Plate y Boca Juniors.
Todo pintaba para ser una fiesta deportiva, pero los “barrasbravas” de fanáticos argentinos- que han hecho méritos suficientes para superar el triste recuerdo de los salvajes “hooligans” ingleses- dieron la nota de vergüenza ante el mundo, demostrando que son unos inadaptados que solo con la violencia están a sus anchas.
Entre el fallido esquema de seguridad que no tomó en cuenta descongestionar de fanáticos de River la calle de acceso al estadio Monumental y la desacertada actuación de la Conmebol, que junto a la FIFA, insistían en que el partido debía jugarse igual a pesar de los jugadores de Boca heridos en el ataque de los hinchas riverplatenses, primó la cordura por parte de los dirigentes de los dos equipos que resolvieron no disputar el cotejo en esas condiciones.
El autobús de Boca Jr. atacado con piedras, botellas y objetos contundentes, dejó un saldo de futbolistas con lesiones a lo que se suma los gases lanzados que provocaron malestar en los jugadores. El chofer del transporte, también fue agredido.
“La final de la vergüenza”, según disposición de la Conmebol se disputara este domingo a la hora 17.
Por su parte el entrenador de River Plate, Marcelo Gallardo, dejó sin palabras a los periodistas de la cadena FOX, que presentaban a este partido como “La final del mundo” y les espetó al aire: “No es la final del mundo, es la final de la Copa Libertadores de América. Es un mensaje mucho más claro”, les recriminó. Los presentadores de FOX, quedaron mudos.
El presidente de la Conmebol Alejandro Domínguez dijo que la organización “condena los actos violentos y criminales que pusieron vidas en riesgo, atentaron contra el sustento de deportistas profesionales, afectaron a millones de aficionados de bien y avergonzaron a su club, su fútbol, su país y su continente”.
Agregó que “CONMEBOL exige a las autoridades competentes acción inmediata y ofrece toda su colaboración para identificar, capturar y judicializar a los responsables. Estos hechos no pueden quedar impunes. A los responsables debe caerles todo el peso de la ley y el rechazo de la sociedad”.
CONMEBOL llama a los órganos responsables a reforzar los protocolos y redoblar los esfuerzos para garantizar el orden público y la seguridad de los jugadores, cuerpos técnicos y aficionados en la final de este domingo.
— Alejandro Domínguez (@agdws) 25 de noviembre de 2018
CONMEBOL condena los actos violentos y criminales que pusieron vidas en riesgo, atentaron contra el sustento de deportistas profesionales, afectaron a millones de aficionados de bien y avergonzaron a su club, su fútbol, su país y su continente.
— Alejandro Domínguez (@agdws) 25 de noviembre de 2018