En Bolivia, el 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum público para aprobar la reelección indefinida de Evo Morales con un SI, pero el pueblo boliviano en las urnas dijo NO y ese día quedó en la historia como 21F.
Desesperado Evo Morales fraguó una trampa y su Tribunal Constitucional, sin ninguna independencia y manipulado por el régimen, inventó una justificación para ignorar el mandato de la ciudadanía y permitirle al presidente presentarse por cuarta vez en forma ilegal.
El 21 de febrero de 2018, con un masivo paro cívico nacional movilizado los ciudadanos conminaron el régimen dictatorial a cumplir con el NO del 21F.
La oposición y el pueblo de Bolivia se sienten engañados una vez más por un presidente enfermo por el poder que no respeta lo que decidió el voto popular y las protestas son masivas.
Lleva 12 años en el poder, pero Evo Morales, de 58 años, intenta la reelección por cuarta vez y dijo estar convencido de una nueva victoria electoral. Las campañas tendrán lugar en 2019.
“Vamos, vamos a ganar las elecciones con fuerza y unidad, me siento con mucha confianza”.
Morales, igual que Maduro, no cree en la alternancia en el poder y menos en darle la oportunidad a los jóvenes, quiere todo el poderío del gobierno para él.













