
Mientras el dictador Maduro ríe, canta y baila en esa campaña electoral para unos fraudulentos comicios totalmente viciados de nulidad, el número de inmigrantes venezolanos en Latinoamérica pasó de 89.000 a 900.000 personas en dos años, lo que representa un incremento de más del 900 %, según la Organización Internacional de las Migraciones, que está ayudando a reubicarlos en países como Brasil.
El tirano chavista, ajeno totalmente a la crisis que él y sus secuaces han provocado, no reacciona ante la barbarie y el sufrimiento de su pueblo.
Destrozaron Venezuela y se enriquecieron ellos de la manera más cruel, propia de la delincuencia que impera en el país.
La oficina de la ONU para las migraciones señala que “en todo el mundo, la inmigración venezolana creció entre 2015 y 2017 casi un 110 %, al pasar de 700.000 personas a un millón y medio.
“Estos números son grandes. Es una de las mayores crisis migratorias que hemos vivido en los últimos cuatro años”, decía el portavoz de la Organización, Joel Millman.
Los venezolanos abandonan su país debido a diversas razones como los factores políticos, las necesidades socioeconómicas, la búsqueda de oportunidades laborales o la situación de inseguridad y violencia.
Los Gobiernos de cada país de acogida determinan la condición que les asignarán, ya sea la de refugiado, la residencia temporal o permanente, o protección temporal. Gracias a estos mecanismos de regularización se ha otorgado la residencia temporal o permanente a 400.000 venezolanos.
Los migrantes más vulnerables son los indígenas, las mujeres y los menores no acompañados.
Las mayores dificultades a las que se enfrentan son la salud, las redes de trata y su inserción en los mercados laborales de los países de acogida”.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos señaló que del millón de venezolanos que han cruzado la frontera con Colombia 660.000 se han quedado en el país, de acuerdo con los datos proporcionados por el Gobierno colombiano.
El plan para financiar la ayuda alimentaria con carácter de urgencia para 350.000 migrantes en Colombia asciende a 46 millones de dólares. El operativo, de ocho meses de duración, incluye la distribución de tarjetas para comprar comida con un valor de 35 dólares por persona y mes.












